Adelantar progresivamente la hora de dormir y despertar, evitar pantallas antes de acostarse y mantener una rutina nocturna con horarios fijos son claves para que los escolares retomen su ritmo sin afectar su salud.
Con el regreso a clases, es fundamental ajustar los horarios de sueño para evitar efectos negativos en la salud y el desempeño escolar. Adelantar progresivamente la hora de dormir y despertar, evitar pantallas antes de acostarse y mantener una rutina nocturna con horarios fijos son claves para que los escolares retomen su ritmo sin afectar su bienestar.
Carolina León, académica de la carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad Santo Tomás (UST) Santiago, entrega recomendaciones para facilitar esta transición. “Restablecer las rutinas y roles asociados al estudio representa un reto para cada individuo. Si no se logra, puede afectar la salud mental, en especial en niños y adolescentes, quienes requieren entre 9 y 10 horas de sueño diarias”, advirtió la experta.
Asimismo, alertó que “la falta de descanso adecuado se traduce en una menor calidad del sueño, lo que, a largo plazo, impacta el rendimiento escolar, aumenta la ansiedad y provoca cambios en el estado de ánimo”. También detalló que el sueño es crucial para consolidar el aprendizaje y recuperar energía, por lo que su deficiencia puede debilitar el sistema inmunológico.
Para facilitar la adaptación al regreso a clases, León recomienda adelantar progresivamente los horarios de dormir y cenar, idealmente una semana antes del inicio escolar. Igualmente, sugiere adelantar la hora de despertar, que suele extenderse en vacaciones. Según la especialista, estas estrategias ayudarán a los niños y adolescentes a retomar su rutina de manera más natural y efectiva.
Evitar uso pantallas
Uno de los temas más relevantes en la actualidad es el uso de pantallas antes de dormir, ya que afecta la conciliación y duración del sueño debido a la luz azul y los estímulos audiovisuales que emiten los dispositivos electrónicos. “Estudios han demostrado que la exposición a televisores, computadoras, tablets y teléfonos móviles reducen la calidad del sueño. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar el tiempo de uso de pantallas a menos de una hora para niños de 2 a 5 años y a un máximo de dos horas para aquellos entre 5 y 12 años”, indicó.
Por ello, “para lograr un descanso reparador, se deben considerar tres aspectos clave: entorno, rutina y alimentación”, dijo la académica de la U. Santo Tomás. En este sentido, precisó que “es importante que el espacio de descanso tenga una iluminación tenue, una temperatura adecuada (entre 18 y 20 grados) y un ambiente ordenado y libre de ruidos”.
Asimismo, recomendó establecer una rutina nocturna con horarios fijos y actividades de relajación que ayuden a conciliar el sueño. “La OMS también sugiere evitar el uso de pantallas durante las dos horas previas al descanso”, aseguró. Finalmente, destacó la importancia de no ingerir alimentos al menos dos horas antes de acostarse para favorecer un sueño ininterrumpido.
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