¿Cómo nació el uso del jumper? Académica UNAB repasa la evolución de la ropa escolar en Chile

Gabriela BeaumontLa profesora de Diseño de Vestuario y Textil de la Universidad Andrés Bello, Gabriela Beaumont, manifestó, por ejemplo,  “en 1968 en el gobierno de Frei Montalva se decidió uniformar los colegios, como manera de que fuera un uniforme homogéneo y económico, que no revelara diferencias socioeconómicas entre los estudiantes”.

La docente de Diseño de Vestuario y Textil de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Gabriela Beaumont, profundizó en lo que ha sido la fuerte evolución de la ropa escolar a lo largo de la historia en Chile.

En este sentido, la ex jefa de marketing y publicidad de Fashion’s Park destacó que la evolución del vestuario escolar en Chile ha experimentado una serie de transformaciones que reflejan tanto los cambios sociales, económicos y culturales como las tendencias educativas y de moda en el país.

Beaumont resaltó que “en 1968 en el gobierno de Frei Montalva se decidió uniformar los colegios, como manera de que fuera un uniforme homogéneo y económico, que no revelara diferencias socioeconómicas entre los estudiantes. Se creó una solución pareja visual, además se ahorra en vestuario diario y se le da formalidad a la escuela. Nace el famoso jumper, un vestido básico azul con blusa abajo, calcetas hasta bajo la rodilla y los hombres con el pantalón gris y blusa blanca o celeste. Zapato negro para todos”.

Y es que los primeros uniformes escolares en Chile fueron influenciados por modelos europeos, en especial británicos y franceses, muy inspirados en un look militar. En un inicio, los uniformes no eran una norma estricta, pero en la medida que la educación se fue formalizando, en el contexto de la creación de la educación pública en Chile, la idea del uniforme escolar comenzó a establecerse.

La académica UNAB apuntó que durante los inicios del siglo XX, “el jumper fue un componente clave en los uniformes escolares, especialmente en los colegios de niñas. Este vestido tipo ‘peto’ (similar a un vestido sin mangas con falda) se popularizó durante las primeras décadas del siglo XX. Generalmente, el jumper se usaba junto con una blusa de manga larga. Los colegios particulares comenzaron a hacer su diferencia de estatus agregando corbatas y corbatines e insignias bordadas, cambiar de calcetines blancos (muestra clara de Liceo) a azules. Pequeños gestos que marcaban las diferencias”.

Cambios y modificaciones: de los jumpers a las faldas tableadas

El fin de la década de los 80 y el inicio de los 90 hubo fuertes cambios sociales y una gran apertura hacia el mundo.

Frente a este contexto, Beaumont resaltó la llegada de “las faldas tableadas, en ocasiones conocidas como falditas plisadas, se convirtieron en una de las principales características del uniforme escolar femenino de los colegios que decidieron separarse totalmente del concepto Jumper y ligarse a un estilo francés o británico de las escuelas tipo “College”, donde el tartán o escoces era la tónica”.

Añadió que “la influencia de los cambios sociales y las modas de la época hicieron que las faldas se cortaran más cortas y se ajustaran a la cintura viéndose una  prenda más moderna. Las blusas o camisas de manga larga continuaban siendo parte del uniforme, pero la formalidad y el estilo se fueron relajando poco a poco”.

Por otra parte, en las escuelas masculinas el uniforme consistía principalmente en pantalones largos con camisas de manga larga y corbata, y con la aparición de los años 60 y 70, las chaquetas o blazers empezaron a ser más comunes tanto en hombres como mujeres.

Finales de los 90:  La diversificación del estilo y la llegada de la polera bordada

De la mitad a finales de los 90 las modificaciones en los uniformes escolares respondieron a una mezcla de factores, desde la preocupación por la comodidad de los estudiantes hasta la influencia de la moda juvenil globalizada, el look americano (ya no europeo) fue de mucha más influencia, el look “prepy” o de preparatoria estadounidense influye en los diseños de polerones y chaquetas. Las poleras (camisetas) se integraron al uniforme escolar, reemplazando la tradicional camisa o blusa en algunas escuelas, el piqué, una tela mucho mas amigable con el sudor y la movilidad empezó a ser parte del uniforme dejando atrás camisas.

Este cambio también vino acompañado de una mayor flexibilidad en cuanto a los colores y estampados, con algunas instituciones adoptando un diseño más personalizado para reflejar la identidad de la escuela. Se creó un mercado de los uniformes, donde la diferenciación entre instituciones paso a ser lo importante. Las casas comerciales comenzaron a venderlos uniformes específicos de cada colegio y nació un nuevo negocio.

Siglo XXI: Comodidad, flexibilidad e imagen distintiva de los colegios

Ya en el siglo XXI, el uniforme escolar en Chile ha continuado evolucionando, y existe una mayor diversidad en los estilos. Aunque muchas escuelas mantienen los jumpers y las faldas tableadas tradicionales para las estudiantes, también se han implementado opciones más cómodas como los pantalones y las poleras bordadas.

En muchas instituciones, las poleras bordadas se han convertido en una parte central del uniforme escolar de los colegios particulares. Estas poleras suelen llevar el logo del colegio, emblemas o motivos representativos, bordados en el pecho o en la parte superior.

Para Beaumont, “hoy en día hay un debate en torno a la flexibilidad en el uso del uniforme, ya que algunos colegios han permitido adaptaciones más informales, como el uso de ropa deportiva o prendas más casuales. Se han relajado las normas de los uniformes, ya no es algo que inspire formalidad si no que se basa en comodidad y darle una imagen distintiva al colegio”.

La académica apuntó que “la comodidad e inclusión han sido temas clave en las discusiones sobre uniformes escolares, y las políticas internas de los establecimientos han comenzado a reflejar un enfoque menos rígido que al origen”.

También muchas instituciones educativas han implementado la opción de uniformes de invierno y verano, con adaptaciones como chalecos, suéteres, y abrigos para las estaciones frías. Los pantalones son transversales hace años entre hombre y mujeres y hay un concepto unisex de las prendas. Además la tecnología textil acompaña a telas de mejor calidad, más resistentes, deportivas anti transpirables, menos sintéticas, mejores terminaciones, entre otras características.

Panorama futuro, mayor confort y libertad

La académica UNAB, “la evolución del uniforme escolar en Chile refleja la adaptación a los cambios sociales, las demandas de comodidad y los gustos de cada época. Lo que comenzó con el jumper y las blusas formales, pasando por las faldas tableadas y la inclusión de poleras bordadas, muestra cómo la vestimenta escolar ha seguido una línea de mayor confort y libertad, aunque aún se conserva un sentido de uniformidad”.

“Es probable que en el futuro los uniformes escolares continúen evolucionando, con una mayor inclusión de opciones sostenibles y flexibles, además de la integración de nuevas tecnologías, como telas inteligentes y diseños que fomenten la comodidad, la identidad escolar y el respeto por la diversidad de los estudiantes, tanto como la diferenciación que quiere tener cada centro educacional, ya que el vestuario, aun que sea un uniforme tiene códigos que comunican mensajes importantes”.

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