Estadios en Chile: la normalización de la violencia

Frano-GiakoniPor Frano Giakoni, director de Entrenador Deportivo, Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello

Los lamentables hechos ocurridos durante el partido de Colo-Colo y Fortaleza, en los que hinchas ingresaron a la cancha tras romper una barrera de acrílico, producto del fallecimiento de dos personas durante el ingreso, deben obligarnos a una reflexión profunda y urgente sobre el estado de la seguridad en nuestros estadios, pero también sobre el fenómeno social que representan las hinchadas del fútbol en Chile.

Lo que ocurrió no es un episodio aislado ni un problema que se resuelva solo con más guardias o cámaras. Es la expresión de una cultura que ha normalizado la violencia, el desborde y la impunidad en los recintos deportivos. Durante décadas, en América Latina hemos convivido con la tensión de ir al estadio sabiendo que, en cualquier momento, la pasión puede derivar en tragedia. Lo vivimos como si fuese parte del espectáculo. Pero no lo es.

Al otro lado del mundo, en Europa, por ejemplo, los estadios son espacios en el que familias enteras asisten con tranquilidad, donde el comportamiento de los hinchas es supervisado, sancionado y, sobre todo, prevenido a través de una planificación rigurosa, control de accesos biométricos, inteligencia previa y un enfoque interinstitucional entre clubes, policías, autoridades y sociedad. No es que no existan barras o fanáticos intensos. La diferencia está en que allá la seguridad es política pública, y el deporte, un asunto de Estado.

En cambio, en Chile seguimos creyendo que lo que ocurre en el estadio es un problema del club o de la productora del evento. Seguimos abordando las hinchadas como una expresión folclórica, sin entender que, en muchos casos, son estructuras organizadas, con vínculos sociales, políticos y económicos que desbordan lo futbolístico. La violencia no es un efecto secundario, sino parte de un entramado que se ha dejado crecer sin regulación ni diagnóstico profundo.

Hoy, más que nunca, necesitamos una mirada sociológica, multidisciplinaria y seria sobre las hinchadas en Chile. Urge contar con políticas de Estado que aborden el fenómeno de forma integral: desde la seguridad física en los recintos, hasta la prevención comunitaria y la educación de nuevas generaciones de hinchas. Necesitamos estadios seguros, sí, pero también necesitamos un cambio cultural.

Lo ocurrido en el Monumental debe dolernos como sociedad. Porque cuando ir al estadio se convierte en una amenaza, perdemos todos: los clubes, los jugadores, las familias y el fútbol en su esencia más noble.

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