“Iniciándonos en el arte de cuidar” involucró a carreras del área de la salud con distintos talleres que buscaban entregar conocimientos y herramientas de autocuidado para las personas que deben hacerse cargo de sus seres queridos.
Pocas veces los cuidadores y cuidadoras tienen tiempo para ellos. Se dedican 100% a sus seres queridos, incluso dejando sus trabajos y familiares.
Ante esta problemática se gestó la idea de crear espacios de autocuidado para estas personas a través de un proyecto liderado por Joanna Terrazas, académica de la carrera de Enfermería de la UST Viña de Mar.
Esta iniciativa llamada “Iniciándonos en el arte de cuidar” fue ganadora de uno de los fondos concursables de Innovación Social de Vinculación con el Medio de Santo Tomás, lo que permitió que pudiese ser ejecutada en el sector de Villa Hermosa en Viña del Mar.
“Eran dos líneas de acción: talleres con las carreras de Psicología, Kinesiología y Nutrición y Dietética, pero siempre enfocado a la parte recreativa de los cuidadores para que tuvieran un tiempo para ellos. Como había personas que no tenían con quien dejar a sus seres queridos ahí entraron los estudiantes de Enfermería que iban a reemplazarlos en ese rol para que los cuidadores pudiesen asistir al taller”, explicó Joanna Terrazas.
Una acción que para muchos de los cuidadores participantes significó un respiro. Pablo Pérez está a cargo de su hermano, quien sufrió un accidente cerebrovascular y se encuentra en recuperación. “Nos sirve a nosotros para enforcarnos nuevamente en ayudar y ellos nos entregan conocimientos de cómo hacerlo a través de la nutrición, a través de la psicología y a través de la kinesiología. Ejercicios que tenemos que hacer constantemente para estar bien físicamente, no tener un mal apoyo o tener mala la columna, la parte de nutrición también porque si caemos enfermos quien va a ayudar a nuestro prójimo y la participación de psicología: saber pensar, saber meditar y tener conductas positivas sobre lo que estamos haciendo”.
Los talleres eran ejecutados por docentes y estudiantes de las carreras mencionadas y se realizaron entre los meses de agosto y noviembre.
Para los alumnos y alumnas que se involucraron en esta iniciativa, también fue una experiencia enriquecedora. “Fue una bonita experiencia, nos sentimos muy agradecidos con la profesora. Estábamos dedicados a cuidar a las personas postradas, en este caso, fue la señora Alicia a quien teníamos que darle medicación y alimentación. Ahí uno ve la empatía, la resiliencia y el amor incondicional”, indica Lorena Carrasco, estudiante de cuarto año de Enfermería.
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