Por Ricardo Arriagada, Director Regional de ProChile Los Lagos
En Chile hablamos con frecuencia de innovación, pero no siempre miramos hacia el sur para reconocer cómo se está viviendo este proceso en la Región de Los Lagos. Históricamente asociada a la acuicultura y la producción de alimentos, esta región se está consolidando como un verdadero laboratorio de soluciones tecnológicas y sostenibles con potencial de impacto global. Sin embargo, esta historia aún se conoce poco en Santiago y en el resto del país, y ahí radica uno de los grandes desafíos: comunicar mejor lo que hacemos.
La reciente participación de una delegación nacional en AquaNor —la feria acuícola más importante del mundo que se realiza en Trondheim, Noruega— dejó una lección clara: necesitamos una coordinación más fuerte entre empresas, gremios, universidades y el Estado para proyectar la real dimensión de Chile en materia de innovación acuícola. Tenemos las capacidades, pero es importante construir un relato común que visibilice internacionalmente nuestra experiencia y liderazgo.
Septiembre ha sido un mes clave para esta agenda. En Puerto Montt y Puerto Varas se realizó la InnAqua, organizada por el Club de la Innovación Acuícola, un espacio que abordó temas como energías renovables, economía circular y huella de carbono. En paralelo, una reunión de APEC reunió a representantes de diez economías para debatir el futuro de la pesca y la acuicultura a escala global, confirmando que nuestra región está en el radar de las grandes discusiones internacionales.
Pocos días después, Puerto Montt, Castro y Osorno fueron escenario del Festival de Innovación Los Lagos (FILL), que conectó a startups, empresas, universidades y comunidades. En la oportunidad, se desplegaron soluciones en inteligencia artificial, electromovilidad, robótica y economía creativa, demostrando que la innovación en Los Lagos no se limita sólo al mar y se proyecta a la vida urbana, la educación y la cultura local.
El hilo conductor es evidente: la innovación no es un lujo ni una moda, es el pasaporte para competir en mercados internacionales cada vez más exigentes. Hoy, exportar ya no es solo enviar productos al extranjero. Es demostrar trazabilidad, sostenibilidad ambiental, responsabilidad social, circularidad y uso de energías limpias, por citar algunos ejemplos y quien no innove simplemente se quedará afuera.
La Región de Los Lagos está mostrando que la innovación puede ser también un motor de desarrollo territorial. Que desde el sur podemos exportar no solo salmón, mejillones o alimentos, sino también tecnología, conocimiento y modelos de sostenibilidad. Este 2025, en el periodo enero-agosto la región suma envíos por US$3 millones en servicios, un 32,6% más que el mismo periodo del año anterior, lo que pone en relevancia el trabajo que se realiza en el ámbito de la promoción internacional y lo importante que resulta visibilizar las soluciones que se generan a nivel local. Así lo hacemos en cada misión comercial y feria especializada a la que asistimos. Así lo hicimos en la Semana de la Innovación de la Expo Osaka con el Centro de Innovación Regional Los Lagos.
Si queremos que Chile sea reconocido como potencia innovadora en acuicultura y sostenibilidad, el relato debe nacer en Los Lagos pero expandirse a nivel nacional e internacional. Porque innovar para exportar es, al final, innovar para el futuro.
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