Jorge Díaz, Consultor en gestión minera de pequeña escala
No cabe duda de que, históricamente en Chile, la pequeña minería ha jugado un rol fundamental en el desarrollo de las comunidades del norte, al constituirse como parte de la identidad local de pueblos y ciudades que, al margen de los titulares que produce la gran minería, crecieron gracias al esfuerzo y sacrificio de pirquineros que, de manera artesanal, con bajos niveles de tecnología y escaso acceso a financiamiento, contribuyeron por décadas al sostenimiento de los territorios, generando empleo y riqueza. No obstante, el modelo y estándar actual de la industria no les permite competir en un mercado cada vez más exigente.
No es casualidad que, según cifras de la Sociedad Nacional de Minería de Chile (SONAMI), durante las últimas dos décadas se haya registrado una disminución progresiva en el número de faenas activas dentro de la pequeña minería en nuestro país, pasando de 1503 en 2011 a sólo 625 en 2022. Este escenario hace crucial abordar la necesidad de cambiar el rumbo hacia una mirada orientada al crecimiento, la innovación y la sostenibilidad en el sector.
Transición: El gran desafío
Transformar a la pequeña minería implica un cambio de paradigma: hoy los pirquineros tienen el desafío de aceptar la obligación de verse a sí mismos como empresarios, capaces de gestionar sus operaciones de manera eficiente y rentable. Un “cambio de anteojos” que los habilitará a observar la necesidad de hacer una mejora sustancial en su estándar operacional, nivelando el know-how involucrado y la visión comercial con los estándares que exige la industria en la actualidad y, por encima de todo, para desarrollar negocios con capacidad de escalar en el tiempo.
Por ejemplo, un aspecto crucial para el éxito de cualquier operación minera, indistintamente de su escala, es contar con información geológica. Lamentablemente, en la actualidad no es una práctica habitual, de pirquineros y pequeños productores, reconocer las estructuras a explotar o contar con estudios básicos de superficie que les permitan iniciar sus operaciones con más certeza de la que manejan generalmente.
No observar el valor que proporciona esta información sobre la calidad y cantidad de los recursos minerales disponibles en sus propiedades, impide a los productores una correcta planificación y toma de decisiones; lo que se traduce en una baja eficiencia y casi nula estabilidad para su operación, trabajadores y eslabones de la cadena que dependen de sus procesos.
Know-how: El gran salto
La adopción de buenas prácticas de la industria, tanto en la extracción como en el procesamiento de minerales, es esencial para optimizar la producción y reducir costos. Sin embargo, esto plantea otra gran dificultad: el acceso al conocimiento.
Hoy en día en Chile, los altos costos y la brecha de conocimientos que pirquineros y pequeños productores tienen sobre la industria, hacen que la oferta de consultoría esté orientada principalmente hacia la gran minería, dejando huérfano a un sector clave para el desarrollo de las economías locales que, con el correcto acompañamiento, podría hacer una diferencia al introducir nuevas variables como planificación estratégica de la producción o gestión eficiente de costos. Elevando su calidad y potencial de crecimiento.
La profesionalización de la pequeña minería en Chile no es sólo una necesidad, sino también una oportunidad. Para ello, el apoyo del Estado, la inversión privada y la incorporación de profesionales, consultores y gestores es fundamental para ayudar a los pequeños productores a adoptar un enfoque empresarial y tecnificar sus procesos.
Para lograr una pequeña minería sostenible y competitiva, es imperativo que todos los actores del ecosistema -pirquineros, empresarios, consultores; Estado y sector privado en general- se unan en un esfuerzo coordinado que fomente el acceso al conocimiento, financiamiento y tecnología. La profesionalización de las pequeñas faenas no sólo garantizará su viabilidad en un mercado cada vez más exigente, sino que permitirá la supervivencia y evolución de comunidades que han sustentado su historia y crecimiento en la actividad minera.
Es momento de asumir este desafío con visión de futuro, impulsando iniciativas que faciliten la transformación del pirquinero en un empresario minero capaz de liderar operaciones eficientes, rentables y sostenibles.
Leave a Reply