En la última década Chile ha sido elogiado como “hub digital” de América Latina. Start-Up Chile, la conectividad y la proliferación de empresas de servicios TI han construido esta imagen. Pero ¿estamos creando tecnología o solo prestando servicios para otros?
En Chile, el 75% de las empresas TI se dedican al desarrollo a pedido, outsourcing o soporte técnico, tareas operativas, sin propiedad intelectual ni escalabilidad. El número de patentes tecnológicas registradas por Chile ante la OMPI en 2023 fue de apenas 21, muy por debajo de Uruguay o incluso Costa Rica.
Hay talento. Pero el país sigue atrapado en un modelo de bajo valor agregado y el gran desafío es dejar de tercerizar el futuro digital y empezar a construirlo.
Lo más preocupante es que este modelo de servicios está en obsolescencia, debido a la entrada de la IA generativa y la democratización de procesos que antes eran técnicos, sin considerar la eliminación de las fronteras para encontrar talento digital calificado. En ese sentido, Chile tampoco lidera. Por ejemplo, un ingeniero DevOps senior en Santiago gana en promedio entre 2,5M y 3,5M CLP brutos, mientras que su par en México puede alcanzar el equivalente a 5M CLP, y en Uruguay o Colombia incluso más.
Con el respeto que merece todo oficio, la tarea es dejar de ser el “garzón digital” para dar paso al “chef tecnológico” que genere valor. ¿Qué se necesita? Inversión pública y privada en I+D e incentivos tributarios para la creación de propiedad intelectual.
El mundo no espera. Si no damos ese salto hoy, otros lo harán por nosotros.
Mathilde Cordier-Hüni,
Fundadora de ADA For Solutions y socia de Kabeli
Leave a Reply