Baja vacunación contra la influenza y COVID-19

Dra. María Luz EndeizaA poco más de dos meses del inicio de la campaña de vacunación, los avances en los grupos objetivos son insuficientes.

Según el informe preliminar del Ministerio de Salud, con fecha hasta el 07 de mayo, solo un 54,2% de las personas mayores de 60 años se ha vacunado, mientras que en embarazadas la cobertura llega apenas al 51,1%. En niños entre seis meses y cinco años alcanza un 53,5%.

La Dra. María Luz Endeiza, infectóloga pediátrica y jefa del Vacunatorio de Clínica Universidad de los Andes, comenta que “a pesar de haber empezado la campaña dos semanas antes, estas cifras no son buenas. Con estos porcentajes de avance de la vacunación y en pleno brote de Influenza A, corremos el riesgo de enfrentar una temporada de infecciones respiratorias muy compleja”.

En cuanto a síntomas, la Influenza se caracteriza por:

  • Fiebre alta

  • Tos

  • Dificultad respiratoria

  • Dolor de garganta

  • Dolores musculares intensos (necesidad de permanecer en cama)

  • Escalofríos

  • Náuseas o vómitos

  • Estos síntomas pueden progresar a insuficiencia respiratoria, sobreinfección bacteriana, necesidad de hospitalización e incluso muerte en los grupos de riesgo.

“En el caso del COVID-19, la situación es aún más crítica”, añade la Dra. Endeiza. En personas mayores de 60 años alcanza solo un 15,89%, y en embarazadas no supera el 3,47%. Sus síntomas son:

  • Fiebre o escalofríos

  • Tos seca

  • Dificultad para respirar

  • Pérdida del olfato o del gusto

  • Dolor de garganta

  • Dolores musculares

  • Congestión

  • Fatiga

  • Diarrea

  • Náuseas o vómitos

Estos síntomas pueden progresar a insuficiencia respiratoria, trombosis, hospitalización y muerte en ciertos grupos de mayor riesgo y que llevan mucho tiempo sin dosis de refuerzo.

“La vacunación, después del agua potable, es la medida de salud pública que más vidas ha salvado en el mundo. Su importancia es enorme, ya que previene enfermedades graves que pueden llevar a hospitalización, secuelas severas e incluso la muerte”, explica la infectóloga.

En enfermedades como influenza y COVID-19, la vacuna no solo protege a la persona que la recibe, sino que reduce la circulación del virus en la comunidad, crea inmunidad en grupo, evita brotes y protege a quienes no pueden vacunarse.

“Desde el ámbito de la salud se hace un llamado urgente a la población, especialmente a los grupos de riesgo, a vacunarse lo antes posible. Vacunarse es un acto de responsabilidad individual y colectiva. Es una de las formas más efectivas de cuidarnos entre todos”, concluye la especialista.

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