Especialista advierte sobre hábitos que ponen en riesgo la salud durante las fiestas

imageCelebraciones prolongadas, altas temperaturas y consumo excesivo crean un escenario de riesgo. Especialistas advierten sobre prácticas habituales en fiestas que pueden afectar seriamente la salud.

Las celebraciones de fin de año suelen venir acompañadas de cambios bruscos en los hábitos cotidianos. Jornadas extensas, consumo elevado de alcohol y comidas preparadas con antelación configuran un contexto que, según advierten especialistas, puede tener consecuencias relevantes para la salud si no se toman resguardos básicos.

Alcohol y bebidas energéticas: una combinación engañosa

Uno de los comportamientos que más preocupa es el consumo simultáneo de alcohol etílico y bebidas energéticas, una práctica cada vez más extendida en fiestas y eventos nocturnos. Estas bebidas contienen cafeína, taurina, guaraná y otros estimulantes que generan una sensación de alerta y reducen la percepción de fatiga. Al combinarse con alcohol, que es un depresor del sistema nervioso central, no disminuyen el nivel de alcohol en el organismo, pero sí pueden atenuar la sensación de embriaguez.

“El principal problema es que se genera una falsa sensación de control, lo que lleva a consumir más alcohol del que el cuerpo puede tolerar”, advierte Fernando Torres, toxicólogo y director de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello. “Esta combinación aumenta el riesgo de intoxicación alcohólica, deshidratación, arritmias cardíacas, crisis de ansiedad, náuseas y alteraciones neurológicas, además de favorecer conductas de riesgo como accidentes de tránsito o prácticas sexuales sin protección”.

Desde el punto de vista cardiovascular, el efecto conjunto de estimulantes y alcohol puede elevar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, sobrecargando el sistema circulatorio. “En personas con enfermedades cardíacas, hipertensión, trastornos de ansiedad o del sueño, los efectos pueden ser especialmente graves. Por esta razón, las bebidas energéticas no están recomendadas para niños, adolescentes, mujeres embarazadas ni personas con patologías preexistentes” subraya el especialista.

Intoxicaciones alimentarias

Otro foco de atención durante las fiestas es el aumento de las intoxicaciones alimentarias, favorecidas por las altas temperaturas y el incremento en la preparación y consumo de alimentos. La ruptura de la cadena de frío, el almacenamiento inadecuado y la manipulación incorrecta de productos son factores recurrentes en este periodo.

“La contaminación cruzada entre alimentos crudos y preparados, la cocción insuficiente de carnes, aves o mariscos, y el uso de ingredientes en mal estado o vencidos son causas frecuentes de intoxicaciones”, señala Torres. A esto se suma el consumo de alimentos crudos, como mariscos o preparaciones con huevo, y la venta informal sin condiciones sanitarias adecuadas.

El toxicólogo indica que los síntomas pueden aparecer entre una y 72 horas después de la ingesta e incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre y deshidratación. En niños, adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas, estos cuadros pueden evolucionar con mayor gravedad y requerir atención médica.

La prevención, coinciden los especialistas, pasa por medidas simples: mantener una correcta higiene de manos y superficies, evitar la contaminación cruzada, cocinar completamente los alimentos, respetar la cadena de frío y no dejar comidas a temperatura ambiente por más de dos horas. En el caso del alcohol, se recomienda evitar su mezcla con bebidas energéticas, moderar el consumo, alternar con agua y no conducir bajo sus efectos.

Pequeñas decisiones durante las celebraciones pueden marcar la diferencia entre un cierre de año seguro y un problema de salud evitable.

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