Chile envejece rápido: ¿cómo prevenir caídas, desnutrición y pérdida de independencia?

imagePara 2050, casi un tercio de la población chilena tendrá más de 60 años. Este cambio demográfico plantea desafíos urgentes en salud, prevención y bienestar emocional. Expertos advierten que la clave está en la autonomía, la detección temprana y un enfoque integral que incluya a la enfermería como protagonista.

Chile vive una transformación silenciosa: el envejecimiento acelerado de su población. Según proyecciones del Ministerio de Salud, para 2050 cerca del 30% de los chilenos será mayor de 60 años. Este fenómeno conlleva un aumento en enfermedades crónicas, cáncer y síndromes geriátricos, lo que exige un cambio profundo en la forma de cuidar.

“Más del 60% de los nuevos casos de cáncer se diagnostican en personas mayores de 65 años. Esto no solo implica tratamientos complejos, sino también fragilidad, polifarmacia y deterioro funcional que afectan la calidad de vida”, explica Daniela Hidalgo, académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello.

A estos factores se suman problemas cognitivos y comorbilidades que incrementan el riesgo de dependencia. La evidencia internacional señala que la atención debe ser integral, considerando aspectos físicos, emocionales y sociales. “No basta con tratar la enfermedad; debemos mirar a la persona en su totalidad”, enfatiza Hidalgo.

Caídas: un riesgo subestimado

Uno de los mayores peligros en la vejez son las caídas. Estudios muestran que cerca del 30% de los adultos mayores de 65 años sufre al menos una caída al año, cifra que supera el 50% en mayores de 80. Las consecuencias son graves: fracturas de cadera, pérdida de autonomía y un impacto psicológico que deriva en aislamiento social.

“El síndrome post caída es real: muchas personas dejan de moverse por miedo, lo que acelera la dependencia. Prevenir es mucho más que evitar un accidente, es proteger la autonomía”, advierte la experta.

Frente a este alarmante panorama, la académica de la UNAB detalla 5 claves para prevenir caídas en el hogar:

  1. Adaptar el entorno: eliminar alfombras sueltas, cables y objetos en pasillos; instalar barras en baños y asegurar buena iluminación.

  2. Calzado seguro: evitar pantuflas abiertas y preferir zapatos cerrados, firmes y antideslizantes.

  3. Ejercicio regular: caminar, practicar Tai Chi o ejercicios de fuerza y equilibrio para combatir la sarcopenia.

  4. Control de salud: revisar vista, audición y medicamentos que puedan causar mareos.

  5. Nutrición adecuada: dieta rica en calcio y vitamina D para prevenir osteoporosis.

Asimismo, la enfermera destaca que “más de la mitad de las caídas ocurre en el hogar. Pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia”.

Desnutrición y sarcopenia

La pérdida de masa muscular y la desnutrición son problemas frecuentes, pero detectables. El Plan Nacional de Salud Integral para Personas Mayores propone cribado nutricional sistemático con herramientas como el Mini Nutritional Assessment (MNA), además de evaluaciones antropométricas y funcionales.

“Medir la fuerza de prensión, la velocidad de marcha y la circunferencia de pantorrilla son pruebas simples que anticipan riesgos antes de que se traduzcan en dependencia”, señala la académica.

Controles periódicos

Los chequeos regulares permiten detectar hipertensión, diabetes y cáncer antes de complicaciones, ajustar tratamientos y evitar polifarmacia. “La Valoración Geriátrica Integral puede modificar el plan terapéutico en hasta el 50% de los casos. Es una herramienta poderosa para mantener la autonomía”, afirma Hidalgo. Asimismo, estos controles periódicos también permiten detectar y prevenir a tiempo la alteración cognitiva.

En este escenario, la enfermería emerge como un pilar fundamental. “Promover autonomía y bienestar emocional es tan importante como controlar la presión arterial. Escuchar, acompañar y generar redes comunitarias son acciones invisibles para las estadísticas, pero vitales para la vida”, reflexiona la experta.

Programas como Más Adultos Mayores Autovalentes son ejemplo de cómo la enfermería lidera talleres para mejorar fuerza y equilibrio, consejerías sobre alimentación y uso seguro de medicamentos. Todo bajo un enfoque centrado en la persona y sus derechos. “Envejecer con seguridad no es cuestión de suerte, sino de prevención”, concluye Hidalgo, citando la Organización Mundial de la Salud.

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*