Alberto Carlos Mejía Hernández, venezolano de 18 años acusado del asesinato del empresario José Felipe Reyes Ossa, conocido como el “Rey de Meiggs”, fue detenido en Barrancabermeja tras más de un mes prófugo. El joven había sido excarcelado por una resolución errónea en Santiago.
La Policía Nacional de Colombia confirmó este fin de semana la captura de Alberto Carlos Mejía Hernández, un sicario venezolano de 18 años que había sido liberado por error en Chile, pese a estar imputado por el homicidio del empresario chileno José Felipe Reyes Ossa, conocido como el “Rey de Meiggs”.
El operativo se desarrolló en la ciudad petrolera de Barrancabermeja, luego de más de un mes de búsqueda internacional en la que se sospechó que el prófugo podría haberse refugiado en la Patagonia argentina. El Ministerio de Seguridad de Santa Cruz incluso pidió colaboración a la ciudadanía para ubicarlo, mientras en Bariloche y Villa La Angostura se levantaron controles fronterizos.
Sin embargo, Mejía Hernández ya había cruzado hacia Colombia y cambiado su apariencia tiñéndose el cabello rubio. Lo que terminó por delatarlo fue un tatuaje con el rostro de Zeus en su mano derecha, el mismo registrado por la PDI chilena. Esa coincidencia permitió confirmar su identidad y proceder con la detención.
La captura fue resultado de un trabajo conjunto entre la Policía Nacional de Colombia, la Oficina Central Nacional de Interpol y la Policía de Investigaciones de Chile (PDI), con el apoyo del programa europeo El Paccto. El director de la Policía colombiana, mayor general Carlos Fernando Triana, valoró la operación señalando que “seguiremos trabajando coordinados contra el crimen organizado y las estructuras criminales trasnacionales como el Tren de Aragua”.
Los móviles del crimen
Mejía Hernández había sido detenido en Santiago el 20 de junio, acusado de ser el autor material del asesinato de Reyes Ossa en Ñuñoa. Según la investigación, el crimen está vinculado a la organización criminal transnacional Tren de Aragua.
De acuerdo con testimonios de los involucrados, el sicario habría sido contratado por un conocido de la víctima. El autor intelectual sería un ciudadano chileno que mantenía conflictos amorosos con el empresario asesinado.
El Octavo Juzgado de Garantía ordenó el 9 de julio la prisión preventiva de Mejía Hernández por considerarlo un “peligro para la sociedad” y advertir riesgo de fuga. No obstante, al día siguiente, el 10 de julio, una resolución electrónica permitió su excarcelación. Hasta hoy se desconoce si fue producto de un error administrativo o de una manipulación intencional del sistema judicial, lo que abrió un escándalo en Chile.
La jueza Irene Rodríguez, quien había dictado inicialmente la prisión preventiva, quedó en el centro de la controversia, mientras la fiscalía abrió una investigación paralela para determinar si la resolución fue falsificada o si hubo complicidad interna.
Próximos pasos
Tras su arresto en Colombia, Mejía Hernández quedó a disposición de la Fiscalía General de la Nación, que ya inició los trámites de extradición hacia Chile. Allí deberá enfrentar el proceso por homicidio calificado y responder además por las irregularidades en torno a su liberación.
Mientras tanto, en Chile el caso continúa impactando al Poder Judicial y mantiene en entredicho los mecanismos de seguridad informática que permitieron que uno de los sicarios más peligrosos de la región quedara en libertad por más de un mes.
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