Especialista en fertilidad de suelos, Juan Hirzel, expuso en seminario internacional del rubro en Perú, donde resaltó la necesidad de contar con un buen manejo nutricional del suelo. Fue uno de los diez expositores de la actividad que congregó a los principales actores del sector exportador de arándanos.
Con el énfasis puesto en realizar una nutrición equilibrada de suelos y tomar decisiones basadas en análisis precisos, el investigador Juan Hirzel cerró su participación en el XXXVII Seminario Internacional Blueberries Consulting, realizado en la ciudad de Trujillo, Perú. El especialista centró su conferencia en la “Composición nutricional de frutos de arándanos y su relación con atributos de calidad”, con la que concentró la atención de los asistentes, ávidos de incrementar la calidad del cultivo que hasta ahora los posiciona entre los tres más grandes productores mundiales de arándanos.
Hirzel fue uno de los diez expositores invitados, al seminario en el que se abordaron temas clave para la industria, como la innovación tecnológica, prácticas agrícolas sostenibles, acceso a nuevos mercados globales y estrategias para mejorar la rentabilidad y calidad del cultivo.
Equilibrio nutricional y salud del suelo
En su exposición, Hirzel destacó que un manejo adecuado de la nutrición del arándano permite obtener frutos con mayor firmeza, calibre y peso, atributos directamente relacionados con su calidad y competitividad en los mercados internacionales.
El especialista explicó que la fertilidad del suelo debe entenderse desde una perspectiva integral, que considera aspectos físicos, biológicos y químicos. En lo físico, subrayó la importancia de la estructura del suelo, la porosidad, la velocidad de infiltración y el movimiento de oxígeno. En lo biológico, enfatizó el rol de los organismos benéficos que favorecen la salud de las raíces y controlan patógenos, mientras que en lo químico, mencionó la relevancia de mantener niveles adecuados de nutrientes esenciales y de monitorear indicadores importantes como el pH, salinidad o toxicidad por metales.
Recomendaciones para optimizar la calidad del fruto
Entre las recomendaciones técnicas compartidas, el investigador de INIA Quilamapu apuntó a la necesidad de reducir aplicaciones de cobre, debido a su impacto negativo en la firmeza, calibre y peso del fruto. Asimismo se refirió a la importancia de mejorar la oxigenación del suelo, para evitar la presencia excesiva del manganeso y el consiguiente perjuicio para la calidad del arándano. En otro aspecto, abordó la importancia de usar fertilizantes cálcicos de alta calidad que mejoren su disponibilidad al cultivo y disminuyan la adsorción en el suelo. Del mismo modo, indicó la importancia de incorporar enmiendas orgánicas (compost, el humus de lombriz, entre otras) y biomasa benéfica (té de compost, humus, lixiviados de humus de lombriz, consorcios microbianos) destinados a mejorar la estructura y la biología del suelo, entre otros beneficios.
Además, Juan Hirzel resaltó la necesidad de realizar aplicaciones foliares de aminoácidos, algas, silicio, ácido salicílico y bioestimulantes, todos los cuales estimulan el metabolismo de la planta, gatillan procesos naturales de defensa frente a estrés climático y mejorar su desarrollo. Por último, llamó a interpretar correctamente los análisis de suelo y del tejido vegetal, para una toma de decisiones más precisa y eficiente.
La presentación del destacado científico nacional fue una de las más seguidas por la experiencia alcanzada en su trayectoria y reconocimiento nacional e internacional.
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