Bien sabemos que nuestra increíble naturaleza está repleta de intrincadas relaciones simbióticas. Desde la polinización de las abejas hasta la colaboración entre los hongos y las raíces de los árboles, cada ser, por más microscópico que sea, cumple una función esencial.
Sin embargo, entre estas interacciones, encontramos una que puede parecer extraña y hasta un poco macabra: el parasitismo. Aunque puede parecer algo negativo a primera vista, estos organismos son esenciales para el equilibrio ecológico. ¡Así que hoy vamos a conocer tres de los parásitos más fascinantes de la naturaleza!
El hongo Cordyceps
El género Cordyceps es conocido por su forma insólita de parasitismo, a menudo descrita como digna de una película de ciencia ficción. Y es que para proliferar, este hongo infecta a insectos y arácnidos, tomando el control de sus huéspedes.
Este hongo crece desde dentro del huésped para finalmente liberar sus esporas al ambiente. Este ciclo continúa, manteniendo el equilibrio en las poblaciones de insectos. Es por cómo parasita a los insectos que se conoce como “el hongo zombie”.
¿Sabías además que se basaron en este hongo para la historia de The Last of Us? Pero, a diferencia de lo que ocurre con las hormigas, el cordyceps en humanos no funciona de la misma manera. Es más, cuando hablamos del cordyceps militaris, solo encontrarás beneficios para tu cuerpo y mente porque es un hongo adaptógeno funcional, por lo que aprovechamos de recordar que la especie que aparece en The Last of Us tiene cualidades ficticias y además es otro tipo de Cordyceps, específicamente el Ophiocordyceps unilateralis.
Vampiro del bosque, mistletoe o muérdago
Si pensabas que el muérdago solo representa el romance, ya que es comúnmente asociado con los besos navideños, te contamos que es, en realidad, un hábil parásito.
Estas plantas se enganchan en los árboles y arbustos, extrayendo agua y nutrientes para su propio beneficio. A pesar de ser parasitarias, algunas especies de muérdago pueden realizar la fotosíntesis por sí mismas, por lo que también se las clasifica como hemiparásitos.
Aunque el muérdago puede ser perjudicial para su árbol huésped, también ofrece beneficios ecológicos, proporcionando alimentos y hábitat a una variedad de aves e insectos.
Sacculina
El sacculina es un tipo de cangrejo parásito que ha adoptado una forma de vida sorprendente. Una vez que la hembra encuentra un huésped adecuado, se introduce en él y comienza a crecer, llenando el interior del cangrejo con su red de tejido.
El cangrejo víctima termina actuando como si los huevos del parásito fueran propios, cuidándolos y protegiéndolos. Este parásito incluso puede afectar a los cangrejos machos, cambiando su comportamiento y fisiología para que actúen como hembras.
¿Te recuerda a otra especie? ¡Sí, el pájaro cuco! Y, entendiendo lo triste que puede sonar esta situación, la verdad es que tiene una función ecológica y evolutiva. Básicamente, la presencia del sacculina puede ayudar a controlar la población de cangrejos; lo que a su vez beneficia a otras especies y contribuye a la diversidad del ecosistema.
Si bien los parásitos pueden tener una mala reputación, estos fascinantes organismos tienen roles vitales en sus ecosistemas: contribuyen al control de las poblaciones, la circulación de nutrientes y pueden incluso impulsar la evolución de sus huéspedes.
Así que la próxima vez que pienses en un parásito, ¡recuerda que también son parte esencial y fascinante de nuestra biodiversidad!
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