¿Cuáles son los principales desafíos del regreso a clases? Recomendaciones Psicopedagógicas
El inicio de clases no solo recuerda que las vacaciones han terminado, sino que también debemos volver a lidiar con una rutina escolar, levantarse más temprano, que los días se vuelvan cada vez más cortos, sentir como va disminuyendo la temperatura y un sinfín de otras situaciones; emocionales y físicas, que nos hacen pensar que todos aquellos momentos que vivimos en vacaciones se han ido para siempre. Por lo tanto, es importante que podamos identificar aquellos factores que están afectando negativamente y por sobre todo aquellos que inciden positivamente y desde ahí planificar y organizar las primeras semanas de regreso a la rutina escolar.
Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos cuando llega marzo, es sentir que el cansancio puede más, como si la recarga de energía obtenida en las vacaciones se agotara rápidamente. Esto se debe porque la sensación de aumento de
“tareas diarias” parece ser más grande de lo que realmente es. Sentimos que no hay tiempo para diversión y disfrute y solo podemos dar frente a las exigencias y responsabilidades que nos impone marzo.
Es cierto que el inicio de clases implica un aumento de la cantidad de acciones que debemos realizar, pero lo más importante es entender que eso no conlleva a sobre exigirnos y colapsar en el intento de hacerlo bien.
Por lo tanto ¿cómo lograr que el regreso a clases sea amigable? Desde el quehacer psicopedagógico, una de las estrategias que permite que se vaya retomando de manera progresiva esta rutina, es concretizarla a través de una Planificación y Organización del estudio y de los tiempos de estudio. Para que esta rutina resulte amigable y exitosa, es bueno planificarla de manera semanal con metas reales que se puedan cumplir en relación con los tiempos con que se cuenta. Es positivo que este calendario inicie con acciones que vayan aumentando semana a semana para que el proceso de adaptación sea efectivo y duradero, incorporando pequeños hábitos a la rutina escolar.
¿Cómo podemos organizar el tiempo de estudio? En primer lugar, se debe revisar el horario de clases, asignaturas diarias y su demanda cognitiva. Una vez que eso está resuelto, se sugiere ordenar los tiempos considerando qué hacer después de la
jornada de clases. Para ello se puede construir un calendario semanal que explicite las acciones que se deben realizar después de la jornada de clases, eso debe incluir: tiempos de descanso entre las actividades que se planifican.
Para la elaboración de este calendario semanal, se sugiere considerar la edad o el nivel académico. Por ejemplo, es los primeros años, se sugiere construirlo en conjunto (adulto y estudiante) a fin que sea significativo considerando sus intereses y gustos. En edades más avanzadas, se espera que el o la estudiante construya su propio calendario, considerando las demandas escolares, actividades extraprogramáticas y tiempos libres.
Por último, es importante ir monitoreando y registrando si se van cumpliendo cada una de las acciones propuestas para la semana durante el mes de marzo. Si por alguna razón no se cumple, se sugiere volver a revisarlo y programarlo de manera que a corto plazo cada vez sea más efectivo.
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