Por TM Luis Chandia Ditzel, Docente de Tecnología Médica, UNAB Sede Viña del Mar.
Cada día, en Chile, numerosas vidas se ven afectadas por el cáncer, una enfermedad que no distingue edad, género o estrato social. Sin embargo, a pesar de los avances en la medicina, la detección temprana sigue siendo la herramienta más efectiva en la lucha contra esta enfermedad. La auto examinación y exámenes imagenológicos como Mamografías, Ecotomografías y Resonancia Magnética son los exámenes que permiten identificar los primeros signos de cáncer, pero lamentablemente, el Ministerio de Salud informa que apenas un 14% de la población realiza estas pruebas.
¿Por qué esta baja tasa de realización? Desde mi punto de vista, existen varios factores en juego. Uno de los problemas más notables es el tiempo de espera en los servicios de salud pública y el valor de dichos procedimientos en el sistema privado. La lista de espera para realizar estos exámenes a menudo es larga, lo que desanima a muchos pacientes que necesitan respuestas rápidas. Un diagnóstico temprano marca la diferencia en el tratamiento del cáncer, por lo que es fundamental reducir estos tiempos de espera.
La falta de recursos es otro obstáculo. Aunque es un problema complejo y multifacético, se podría decir que existe una falta de inversión en equipamiento imagenológico y de tratamiento. Estas tecnologías son costosas pero esenciales para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer. Incrementar la inversión en estos recursos sería un paso en la dirección correcta.
Cuando hablamos de cuáles son los exámenes más urgentes, sin duda, la mamografía, la ecotomografía y la resonancia magnética (RM) encabezan la lista. La mamografía es crucial en la detección temprana del cáncer de mama, uno de los tipos más comunes de cáncer que afecta a las mujeres chilenas. Desde hace un par de años, existe un plan gubernamental de screening de cáncer mamario que las contempla, y hace muy pocas semanas se dio el tremendo anuncio de que este examen podrá ser realizado sin orden médica y además de forma gratuita en los centros de salud pública, buscando acercar este examen a la comunidad. Es muy importante recalcar, que esta enfermedad no solo afecta a las mujeres mayores de 40 años, sino que también puede afectar a hombres y a mujeres jóvenes.
En cuanto a la falta de equipos de radioterapia, esta es una preocupación válida. Todos los pacientes que necesitan radioterapia deberían poder acceder a ella sin importar en qué región vivan ya que esta tecnología es un componente esencial en el tratamiento del cáncer, y la falta de equipos puede resultar en retrasos perjudiciales para los pacientes. Un esfuerzo para asegurar al menos un centro de radioterapia por región sería un gran paso adelante.
Finalmente, es evidente que necesitamos más centros de diagnóstico y exámenes en todo el país. Cada región debería tener al menos un centro equipado con todas las modalidades diagnósticas, ya sea con fondos públicos o privados. Esto no solo reduciría la carga en los hospitales centrales, sino que también facilitaría el acceso a los exámenes para aquellos que viven en regiones más alejadas, mejorando la tasa de sobrevida actual frente a esta enfermedad.
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