El oceanógrafo Dr. José Luis Iriarte colectó muestras de aguas en el paso Drake, estrecho Bransfield, bahía Fildes y mar de Weddell.
Con el fin de realizar pruebas de hielo de verano para verificar la capacidad de operar en condiciones extremas, el rompehielos Almirante Óscar Viel de la Armada de Chile realiza durante 20 días su primera expedición al Territorio Chileno Antártico, en el marco de un trabajo colaborativo de distintas instituciones.
El buque, construido íntegramente en Astilleros y Maestranzas de la Armada (ASMAR) en Talcahuano, cuenta con una capacidad para transportar a 120 personas (86 tripulantes y 34 científicos) y una autonomía para 60 días. Alcanza una velocidad de 15 nudos (casi 30 km/hr) y de 3 nudos sobre 1 mt de hielo (cerca de 6 km/hr).
Además, puede transportar dos helicópteros HH-32 en el hangar, operar a -30°C y navegar hasta 650 km más al sur que el anterior rompehielos, que estuvo en servicio hasta 2019.
En este primer zarpe desde Punta Arenas participaron investigadores pertenecientes al Programa Nacional de Ciencia Antártica (PROCIEN), coordinado por el Instituto Antártico Chileno (INACH). Entre los científicos que se suman a esta campaña están el Dr. José Luis Iriarte del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh); Marcelo González, biólogo del INACH y director del proyecto NODO Antártico; Luis Valentín Ferrada de la Universidad de Chile e Instituto Milenio BASE; y Rosario Vargas, investigadora de la Universidad Mayor.
Iriarte señala que “fue un privilegio participar de esta primera campaña del buque rompehielos Viel. Espero que desde este momento comience una nueva forma de realizar ciencia antártica utilizando esta tremenda plataforma. Yo participé en la última campaña oceanográfica antártica del INACH para el periodo 1990-91 y casi 35 años después tenemos nuevamente una oportunidad”.
El investigador colectó muestras de agua para análisis de pigmentos en las distintas regiones del océano Austral, incluidas el paso Drake, estrecho Bransfield, bahía Fildes y mar de Weddell. El buque no solo realizó pruebas de hielo, sino que también llevó a cabo tareas de hidrografía, entregó insumos a bases nacionales y trasladó de personal científico.
“La pregunta que debemos hacernos es cuál es la ciencia marina que deseamos en los próximos 30 años en la Antártica. Es importante que las distintas instituciones del Estado como son INACH, Armada de Chile y ANID puedan coordinar esfuerzos en conjunto para financiar programas científicos focalizados y multidisciplinares de largo alcance en el continente blanco”, reflexiona.
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