La 1ª Bienal-Cita, organizada por la Delegación del Colegio de Arquitectos de Chiloé y realizada recientemente en Castro, cerró sus actividades planteando una serie de temas que enfrenta el Chiloé actual. De cara al Bicentenario, que se conmemora oficialmente en enero de 2026, la cita de los arquitectos con la comunidad sirvió como un espacio para dialogar sobre desafíos comunes del territorio.
La instancia convocó a dirigentes sociales, estudiantes y encargados de las unidades SECPLAN de algunos municipios, entre otros actores, generando un espacio de reflexión colectiva sobre el futuro del archipiélago.
Eugenio Ortúzar, presidente del Colegio de Arquitectos Zonal Chiloé, señaló que “el Bicentenario cierra un ciclo y abre la puerta a un nuevo desafío que, desde el punto de vista técnico, aborda temas como la arquitectura, las normativas térmicas, la planificación territorial y la planificación marítima. Son aspectos fundamentales para entender que las diez comunas de Chiloé no son elementos independientes, sino parte de un mismo contexto provincial”.
Ortúzar agregó que “estamos viviendo una conurbación importante, por ejemplo, entre Chonchi-Castro y Castro-Dalcahue. Entonces, la pregunta es cómo podemos planificar nuestro suelo, nuestra casa —una palabra que aún requiere mayor concientización—. El gran desafío es integrar de manera clara a las comunidades, para que comprendan la relevancia de organizar los suelos, las áreas productivas, manejar las parcelaciones, la extracción de turberas y la deforestación de los bosques. Todo eso es planificación y visión”.
Por su parte, Eduardo Campos, arquitecto e integrante del Estudio Palpar —compuesto además por Sara Pereira y Anaís Roca—, quienes han trabajado en la rehabilitación del galpón Taller El Chonchino, espacio donde se desarrolló la Bienal-Cita, destacó que la instancia fue un espacio para hacerse la pregunta: ¿A dónde va Chiloé?
“Creemos que es una pregunta abierta que busca hacerse cargo de los procesos de cambio que ha venido arrastrando la isla durante este tiempo. Chiloé es un lugar tremendamente rico en capacidad constructiva y en proyectos arquitectónicos. Esta fue una oportunidad para relevar a los actores territoriales y poner en el centro temas como la Costanera de Castro, los proyectos de rehabilitación actuales y la arquitectura contemporánea”, indicó Campos.
En tanto, Lorenzo Berg, reconocido arquitecto ligado por años al trabajo arquitectónico en Chiloé, valoró el encuentro y destacó el espíritu colaborativo del territorio. “Hay mucha propuesta y mucho interés por trabajar, algo que no es tan común en otras partes de Chile, pero que todavía se ve en Chiloé. Existe una fuerte solidaridad y cohesión; la gente es más abierta y acogedora, y eso la hace más dispuesta a desarrollar proyectos”, afirmó.
La producción literaria marcó el ritmo de la 1ª Bienal-Cita. En cada jornada se presentaron diversas publicaciones, entre ellas “Mujeres paisajistas de Chiloé” de Macarena Almonacid; la monografía “O+G. Estudio Ortúzar-Gebauer” de Tania Gebauer; la Revista CA del Colegio de Arquitectos de Chile; “Conservación, restauración e intervención” de Lorenzo Berg; “Arquitecturas populares de Dalcahue” de Pamela Cebrero, Jorge Inostroza y Olivia Medina; “Gilberto Provoste Ángulo, un fotógrafo para el Bicentenario (1909-1995)” de Claudio Pino; y “Una bandada de ángeles” de Edward Rojas.
A ello se sumaron diversas actividades como visitas guiadas al Barrio Lillo, a cargo de Alejandro Castillo; una visita a la muestra de proyectos de la Delegación Zonal del Colegio de Arquitectos; la muestra inmersiva de madera chilota con Katerine Araya; la visita de obra a la Escuela Fridolina Barrientos de Castro (Dirección de Arquitectura MOP); talleres de la Fundación Iglesias de Chiloé; el taller “Aplicaciones OSMO” de Revive-Nüproyect; la presentación WoodArch con Andrés de Solminihac; y una mediación de CECREA a cargo de Anaís Roca.
Las jornadas estuvieron acompañadas por el sonido de bandas chilotas emergentes como Barba de Palo, Pájaros Kiltros e Isleños, aportando identidad local y un cierre cultural a este encuentro de reflexión territorial.
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