Chile 2025: Un país que se juega el péndulo

A seis meses de las elecciones presidenciales, Chile se adentra en una campaña marcada por la incertidumbre, la fragmentación del voto y una tensión estructural entre continuidad y ruptura. Los liderazgos emergentes no son nuevos, pero su posicionamiento en el actual contexto político refleja un país dividido entre la búsqueda de orden, el deseo de cambio y la necesidad de evitar extremos. En ese vaivén, el péndulo político parece inclinarse hacia la derecha, pero aún está por definirse si se consolidará en su versión tradicional o radical.
Las encuestas más recientes coinciden en un dato clave: ningún candidato supera por sí solo el umbral necesario para evitar una segunda vuelta. Evelyn Matthei (UDI) y José Antonio Kast (Partido Republicano) encabezan las preferencias con una ventaja de Matthei en algunas encuestas y un empate técnico con Kast, en torno al 17%, en otras. Los siguen Carolina Tohá (PPD) y Johannes Kaiser (PL) con cifras cercanas al 10%, y Gonzalo Winter (FA) con 5–6%. La foto del momento muestra un escenario competitivo y volátil, donde las decisiones estratégicas –y emocionales– de la ciudadanía definirán el desenlace.
La derecha fragmentada, pero en ventaja
Matthei y Kast protagonizan una disputa silenciosa pero feroz. Ella representa la experiencia, la moderación y la apuesta segura de Chile Vamos; él, la radicalidad, el discurso de “orden sin complejos” y la conexión con los miedos más instalados en la ciudadanía. Ambos lideran en conocimiento público, y sus mensajes conectan con el eje dominante de la conversación nacional: seguridad, delincuencia e inmigración. Esos temas, no por casualidad, dominan también las redes sociales, donde Kast es fuerte en TikTok y Matthei arrasa en Facebook e Instagram. En ese ecosistema, los discursos duros, simples y virales encuentran terreno fértil.
Sin embargo, la ventaja de la derecha podría diluirse si ambos llegan divididos a la primera vuelta. En un país donde el voto obligatorio se estrenará con alta incertidumbre sobre participación efectiva, el fraccionamiento del bloque puede ser un riesgo: basta un leve crecimiento del oficialismo para alterar la tabla y dejar a uno de los dos fuera del balotaje.
La izquierda con el reloj en contra
En la vereda del oficialismo, la tarea es titánica. Carolina Tohá emerge como la figura más competitiva del bloque, con un perfil técnico, experiencia de Estado y capacidad de diálogo transversal. Pero carga con el peso del gobierno de Gabriel Boric, cuya desaprobación ronda el 70%. Gonzalo Winter, por su parte, intenta capitalizar el voto joven y el idealismo del Frente Amplio, pero su bajo nivel de conocimiento lo limita en un ciclo donde la urgencia supera a la esperanza.
Aún falta por definirse la primaria oficialista, que se desarrollará a fines de junio, pero todo indica que Tohá será la carta con mayor proyección. Su desafío es doble: unir al progresismo sin fisuras y ampliar su base hacia el centro, algo complejo cuando buena parte del país asocia su rostro con los problemas de gestión del gobierno actual. Si logra pasar a segunda vuelta, su techo electoral es bajo frente a cualquiera de los dos candidatos de derecha. La épica de remontar es posible, pero improbable en los datos actuales.
Las redes sociales como espejo del clivaje
En redes, las narrativas están claras. La derecha, especialmente Kast y Kaiser, moviliza con mensajes emotivos y confrontacionales. Matthei, en cambio, capitaliza la conexión emocional con un tono más empático pero igual de firme. El oficialismo, pese a su despliegue, tiene una menor capacidad de generar viralización. Winter es la excepción con fuerte arrastre en Instagram, pero su impacto aún no se traduce en intención de voto.
El pulso digital muestra una derecha con mejor capacidad de marcar agenda, amplificar mensajes y conectar con estados de ánimo ciudadanos como el miedo, la inseguridad y el hastío. Para la izquierda, la tarea de traducir logros o propuestas en relatos atractivos sigue pendiente.
La segunda vuelta, un destino casi inevitable
Con todos los datos sobre la mesa, lo más probable es que Chile enfrente una segunda vuelta el 16 de noviembre. Los escenarios más plausibles son:
- Matthei vs Tohá: moderación vs continuidad.
- Kast vs Tohá: orden radical vs resistencia democrática.
- Matthei vs Kast: batalla entre estilos de derecha, con la izquierda obligada a elegir su “mal menor”.
Cada uno de esos duelos presenta desafíos distintos para el país. En cualquiera, la gobernabilidad futura no dependerá solo del nombre que gane, sino de cómo logre recomponer confianzas, articular alianzas y responder a un país cansado, polarizado y profundamente desigual.
Intención de voto espontánea (mayo 2025)
Candidato | Pulso Ciudadano (abr) | Cadem (19 may) | Criteria (18 may) |
---|---|---|---|
Evelyn Matthei (UDI) | 22,8% | 17% | 26% |
José Antonio Kast (Rep) | 14,7% | 17% | 17% |
Carolina Tohá (PPD) | 8,0% | 10% | 10% |
Johannes Kaiser (PL) | 7,3% | 6% | 10% |
Gonzalo Winter (FA) | 4,8% | 6% | 5% |
Jeannette Jara (PC) | 4,0% | 5% | 5% |
Franco Parisi (PDG) | – | 3% | 2% |
Michelle Bachelet (ind) | 6,4% (no candidata) | 3% | – |
La elección de 2025 no será solo una disputa de nombres: será un plebiscito sobre el tipo de país que queremos ser. Chile viene de una década convulsa, de estallido social, pandemia, convención constitucional fallida y gobiernos enfrentando expectativas desbordadas. La próxima administración tendrá que gobernar con una sociedad fatigada, exigente y dividida.
Entre la experiencia, el miedo y la esperanza, se juega la gobernabilidad de los próximos años. Y esta vez, más que nunca, cada voto cuenta, pero también cada relato, cada error, cada emoción movilizada. El péndulo está en movimiento. Falta saber hacia dónde se detendrá.
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