Maximiliano Parada, director de Edudown
Con sus mermeladas “A la huerta de la esquina”, la fundación Edudown redefine la inclusión laboral, transformando las vidas de personas con discapacidad y sus familias. Este cambio de paradigma, con productos de alta calidad y con sentido, es apoyado por el programa 100% Nuestro de Unimarc, que las posiciona en sus góndolas.
Edudown es una ONG que nace el año 2000 en San Bernardo, con el objetivo de dar atención profesional e integral a personas con Síndrome de Down y discapacidad intelectual. De forma gratuita, atienden a más de 1200 familias semanalmente, apoyando y acompañando a niños, jóvenes y adultos en su camino hacia la autonomía e independencia. “Cuando crecen, algunos entran a estudiar y a otros los tomamos nosotros, los capacitamos y los insertamos laboralmente en distintas empresas y emprendimientos nuestros”, explica Maximiliano Parada, director ejecutivo.
Edudown tiene un área fuerte de emprendimientos, que cuenta con restaurantes, servicios de pausas activas y carritos de comida, entre otras actividades. Sin embargo, todo esto partió con sus mermeladas “A la huerta de la esquina”, que más allá de ser un producto, han representado un motor educativo para sus más de 60 colaboradores, de los cuales 35 tienen discapacidad intelectual.
¿Por qué mermeladas? Parada explica que no servía buscar un oficio que tuviera pocos pasos, cómo pintar. “Cuando es un huerto y es comida, son una infinidad. El objetivo de empresas que contratan personas con discapacidad es buscar su mejor potencial y habilidades, y no tratar de estandarizarlas. En una huerta uno pone la semilla, otros pueden regar, limpiar, mover cajas o hacer todas. Eso es super educativo porque cada uno adquiere nuevas habilidades”, resalta.
“Desde sus inicios, esta ONG nunca fue pensada como un proyecto con un principio y un final, sino que es algo que va creciendo con sus usuarios. Primero, fue la etapa de integración escolar, después siguen creciendo, cumplen la mayoría de edad y les damos trabajo, y en un par de años más vamos a tener que ver temas de vivienda y de vejez”. Maximiliano Parada destaca el caso de Franco, quien fue el primer integrante de la Fundación Edudown en el año 2000 y hoy trabaja en “A la huerta de la esquina”.
El crecimiento de “A la huerta de la esquina” y todas las otras iniciativas de negocios de Edudown ha sido exponencial a lo largo de los años. “Nosotros hemos logrado esto porque los chiquillos trabajan a la par con nosotros y por eso funcionan las cosas. Están en todos los procesos y eso al principio es mucho más complejo porque hay que capacitarlos hasta que aprenden, pero a la larga es mucho mejor. A mí me ha tocado ver situaciones donde los chiquillos están ahí parados y eso no es justo. La idea es precisamente demostrar, en concreto, que una empresa puede ser rentable empleando mayoritariamente personas con discapacidad.
El apoyo del programa 100% Nuestro y la vida más allá de la huerta
Las mermeladas de “A la huerta de la esquina” se pueden encontrar en 14 salas de Unimarc –filial de SMU- gracias al programa de apoyo a pymes del supermercado, 100% Nuestro, que, desde su creación en el año 2012, ha sido muy relevante apoyando a más de 400 pymes a lo largo de todo Chile.
La gerenta de sostenibilidad de SMU, Marcela Salas, indica que “hemos sido testigos del trabajo que hay detrás de este emprendimiento, y nos sentimos privilegiados de haberlos acompañado en este proceso. Contar con los productos de A la Huerta de la esquina en nuestras góndolas, además tiene un triple impacto positivo, ya que por una parte nos permite contribuir en el crecimiento de su negocio, enriquecer el surtido para nuestros clientes, y aportar además a lo que ha estado siempre en el ADN de nuestra compañía que es hacer de Chile una sociedad más inclusiva”.
Por su parte, el director de Edudown destaca la visibilidad que da estar en supermercados Unimarc y en el programa 100% Nuestro. “Es una gran plataforma y nos ayudaron mucho al principio para el tema de los estándares sanitarios de la fábrica y a mejorar y tener nuevos procesos. Nos hicieron una auditoría, que fue un trabajo muy bonito y aprendimos un montón y también nuestros vendedores realizaron los programas de mentorías”, recuerda.
Edudown no solo integra a las personas con discapacidad en sus propios emprendimientos como “A la huerta de la esquina”, sino que también las prepara para ser contratadas por otras empresas. El objetivo es que estén dos años con ellos para que entiendan el mundo laboral y sepan todo lo necesario. El proceso es dinámico y sólo en el 2024, más de 70 jóvenes lograron insertarse en nuevos espacios laborales gracias a la fundación.
Esto le permite transformar sus vidas y las de sus familias. Parada cuenta que existen algunos casos en donde son estos jóvenes quienes mantienen a sus familias y que en pandemia fueron un sustento fundamental. “Esto cambia el paradigma de que son una carga. Cuando van a trabajar, se van y vuelven solos y reciben su sueldo son personas autónomas. Totalmente libres”.
Leave a Reply