Una actividad inédita de reconstrucción histórica tuvo lugar en la isla de Apiao archipiélago de Quinchao en la llamada Punta “Rabe” poniendo en valor la denominación del lugar. Se trata de un cabo que se proyecta al interior del mar, ubicado en el golfo de Ancud en el cuál por primera vez, se rememoró el hundimiento de una barca a vela ocurrida hacia 1886 en la restinga del canal Apiao y cuyos restos están en las profundidades.
En presencia de autoridades, escolares y comunidad en el contexto de la ceremonia, además con las presentaciones artísticas el acordeonista de Cahuach Enrique Millán acompañado de Sebastián Santana, del antiguo cultor de Apiao Juan Alberto Millalonco y el Taller de Música y folclore de la Escuela Ostricultura de la misma isla.
Durante el desarrollo del acto, el Alcalde de Quinchao René Garcés manifestó que “punta Rabe, puede ser para muchos desconocidos, pero para la historia de la isla de Apiao tiene mucha importancia, que los niños que se encuentran aquí, conozcan los hechos del hundimiento de un barco mercante que sufrió este accidente en Apiao y que se vaya conociendo en el tiempo, por lo tanto, no podemos pasar por el mundo sin tener una historia que vivir y contar, no podemos pasar sin tener historias que nos relacionen con comunidades, como lo estamos haciendo hoy en Apiao”, manifestó el edil.
Por su parte Ramón Yáñez, Presidente de la Red Provincial de Cultura de Chiloé, al intervenir remarcó que “este acontecimiento pionero en su género que permaneció olvidado en el tiempo y que estamos dándole la real importancia, a partir de hoy se recuerde por siempre, en la memoria histórica de Apiao y de todo Chiloé” indicó.
En sus palabras igualmente entregó datos históricos del naufragio, acotando que “La barca llamada “Juan Rabe”, que tenía una capacidad de 585,85 toneladas, fue construida el año 1857 completamente de madera, en los astilleros de Brake , Alemania, su propietario se llamaba Juan Rabe de Valparaíso y una vez arribada a Chile, se incorporó a la Marina Mercante Nacional”, indicó el Educador.
En otro capítulo señaló que la embarcación zarpó del puerto de Ancud al mando de Angel Benvenuto llevando a bordo al práctico de canales Cornelio Hill, para guiarla por el Chacao, golfo de Ancud, hasta Queilen, donde debía embarcar madera, enfatizando que “…el 8 de octubre de 1886 la velera mientras navegaba en el golfo de Ancud con dirección al sur, fue sorprendido por un fuerte temporal que alcanzó violentas rachas, debiendo sortear olas de grandes volúmenes, por la intensidad del viento que a la postre resultó ingobernable, impidiéndole llevar velas desplegadas, siendo arrastrada sobre los arrecifes de Apiao, resultando destrozada y los tripulantes ante esta situación solamente buscaron la manera de abandonarla nadando a la playa, algunos casi exhaustos, ante los rigores de la naturaleza, producto del huracanado vendaval con torrenciales lluvias” – “y los náufragos fueron socorridos por los apiaínos, permitiendo que no hubieran víctimas fatales”, acotó el representante de la Red cultural chilota.
El también Jefe de Cultura del municipio de Quinchao, complementó que “137 años han transcurrido de este hecho esperando este sitio se convierta en un lugar de encuentro, para los visitantes, comunidad, escolares y estudiosos de la historia náutica, con la participación de los propios pobladores para que cuenten sus historias y leyendas marítimas recogidas por sus mayores ”, expresó.
El fiscal mayor de la Iglesia Juan Millalonco realizó la bendición, para inmediatamente descubrirse el memorial histórico que perpetúa este acontecimiento marítimo de los sectores isleños de Chiloé.
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