Académico de la UCSC explica el escenario sanitario actual, los síntomas más frecuentes y la importancia de la vacunación y la prevención en reuniones familiares.
En el marco de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, caracterizadas por un aumento de reuniones familiares y sociales, el Ministerio de Salud confirmó la detección en Chile del subclado K (J.2.4.1) del virus influenza A(H3N2), una variante que actualmente circula con fuerza a nivel internacional. Si bien la actividad de influenza en el país muestra una tendencia a la baja, la autoridad sanitaria decidió reforzar la vigilancia epidemiológica y los protocolos preventivos, considerando el impacto que este subtipo suele tener en la población más vulnerable.
Según explica Nicolás Saá, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), desde una mirada epidemiológica, “la situación actual de la influenza A(H3N2) se inscribe en un contexto global de aumento de la circulación de influenza tipo A, con especial predominio de este subtipo en diversos países, particularmente en el hemisferio norte, donde la temporada comenzó antes de lo habitual y con una intensidad mayor a la esperada”.
El especialista detalla que en los últimos meses se ha documentado la expansión de un subclado específico del virus, conocido como subclado K (J.2.4.1), el cual ha sido detectado en numerosos países de Europa, Norteamérica y otras regiones. “Aunque hasta ahora no existe evidencia de que este subclado provoque una mayor gravedad clínica en comparación con cepas previas, su rápida propagación y ciertas diferencias antigénicas han motivado un refuerzo de la vigilancia epidemiológica internacional”, precisa.
Respecto del escenario nacional, Saá señala que la detección confirmada por el Ministerio de Salud era esperable, dado el contexto internacional. Sin embargo, advierte que “la preocupación de la autoridad sanitaria se explica por la experiencia acumulada, ya que las temporadas dominadas por influenza H3N2 suelen asociarse a un mayor impacto clínico en adultos mayores y a una mayor presión sobre la red asistencial, incluso sin un aumento evidente de la letalidad, lo que obliga a mantener medidas de preparación y vigilancia activa”.
Síntomas y grupos de mayor riesgo
Desde el punto de vista clínico, el académico de la UCSC enfatiza que la influenza A(H3N2) suele manifestarse de forma más intensa que otros virus respiratorios comunes. “Habitualmente se caracteriza por un inicio brusco, con fiebre alta de comienzo repentino, dolores musculares generalizados, cefalea marcada, escalofríos y una sensación de decaimiento o postración importante”, explica.
Agrega que “la tos suele ser seca y persistente, a veces acompañada de dolor de garganta, y a diferencia del resfrío común, donde predominan la congestión nasal y la rinorrea, la influenza afecta de manera más sistémica al organismo”. En niños, además, pueden presentarse síntomas gastrointestinales como vómitos o diarrea. “Muchos cuadros respiratorios se superponen clínicamente, por lo que la confirmación depende del estudio de laboratorio, especialmente en los casos graves”, aclara.
En cuanto a los grupos con mayor riesgo de complicaciones, Saá recalca que estos están claramente identificados: “Adultos mayores, personas con enfermedades crónicas como diabetes, patologías cardiovasculares o respiratorias, personas inmunocomprometidas, embarazadas, niños pequeños y trabajadores de la salud. En estos grupos, la influenza puede evolucionar hacia neumonía, descompensación de enfermedades de base o requerir hospitalización”.
Prevención y autocuidado en tiempos de reuniones
En este contexto, el académico destaca las medidas activadas por el Ministerio de Salud, orientadas tanto a la prevención como al manejo oportuno de los casos. “Se ha reforzado la vigilancia epidemiológica y de laboratorio, así como la preparación continua de la red asistencial, incluso fuera de los meses tradicionales de invierno”, señala.
Asimismo, subraya que “la vacunación contra la influenza sigue siendo la principal estrategia preventiva, ya que reduce de manera significativa la probabilidad de hospitalización y de enfermedad grave, aun cuando el virus presente variaciones genéticas”.
Finalmente, el especialista hace un llamado directo a la población, considerando las celebraciones de fin de año. “Es fundamental vacunarse si corresponde, evitar asistir a reuniones sociales cuando se presentan síntomas respiratorios con fiebre, utilizar mascarilla en espacios cerrados o de alta concurrencia, mantener una adecuada higiene de manos y ventilar los espacios”. Además, recomienda “consultar de manera precoz ante signos de alarma, como dificultad respiratoria o deterioro del estado general”, enfatizando que el autocuidado es clave para protegerse y cuidar a los demás en estas fechas.
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