– A pesar de su importancia, en Chile aún queda mucho por hacer para garantizar que todos los niños disfruten de esta actividad esencial. Estudios recientes revelan cifras sobre la falta de juego espontáneo y sus efectos en la salud mental infantil.
El juego cumple una labor esencial en el desarrollo de la niñez, proporcionando múltiples beneficios en las distintas fases de aprendizaje. Durante esta actividad, los niños entran en un estado de placer, bienestar y concentración, que les permite poner en práctica sus habilidades motrices, cognitivas, emocionales, sociales y lingüísticas. Por ello, el juego libre es una actividad que idealmente debería realizarse todos los días. De acuerdo a la Subsecretaría de la Niñez, el juego espontáneo es la ocupación más importante para los seres humanos durante sus primeros siete años.
Sin embargo, en Chile estamos al debe en este aspecto. De acuerdo con el estudio “Creencias de madres, padres y educadores sobre el juego en preescolares chilenos”, publicado en la revista International Journal of Play, solo un 10% de los más de 500 padres, madres y educadoras encuestados reportaron que los niños de 2 a 5 años jugaban de forma libre todos los días.
Por otro lado, en relación al desarrollo socioemocional y la salud mental de los niños chilenos, el estudio “Cuidemos Nuestros Niños”, realizado por un equipo multidisciplinario de psicólogos, psiquiatras, académicos e investigadores de diversas instituciones chilenas, reveló que el 75% de los ciudadanos ha notado niveles más altos de reactividad emocional en los niños y el 60% percibe actitudes más desafiantes.
Existen diversas categorías de juegos, como el juego estructurado, que se desarrolla en torno a una actividad específica, y el juego libre, que es la forma más primaria en la que los niños interactúan con el mundo y aprenden. Este último es fundamental para la salud mental de los pequeños.
“El juego es parte de esa relación vincular cotidiana: emerge como el lenguaje cotidiano de niños y niñas, y en este escenario los juguetes son oportunidad para facilitar o mediar estas experiencias lúdicas aportando color, sonido, texturas, posibilidades de imágenes y múltiples representaciones”, analiza María Paz Badilla, Directora ejecutiva de Fundación Ideas para la Infancia,
Durante la primera infancia el juguete es un estímulo y por tanto será la mente del niño o niña, su creatividad e imaginación lo que dará vida a ese objeto, “en el marco de su capacidad de explotación y curiosidad innata, así como dentro de una relación con otro ser humano, ya sea su familia, hermanos o sus pares”, comenta Badilla y enfatiza que “es a través del juego que el niño o niña se conoce a sí mismo y conoce el mundo en el que vive y sus posibilidades”.
Para abordar esta problemática, es fundamental que las empresas que ofrecen juguetes incluyan artículos con múltiples usos, creados con elementos sustentables, que fomenten el juego libre y donde los niños sean los protagonistas. Marcas como Casaideas han tomado la delantera en este aspecto, ofreciendo productos que estimulan el desarrollo de diferentes habilidades en los niños y con múltiples usos. Además, algunos de sus productos cuentan con la certificación del Forest Stewardship Council® (FSC®), una organización dedicada a promover la gestión forestal responsable y la protección de los bosques.
“Es fundamental tomar conciencia de la importancia del juego en la niñez y de los problemas que puede causar la falta de estimulación o la escasez de espacios para jugar de manera libre. En Casaideas hemos decidido afrontar esta problemática ofreciendo juguetes pensados en las necesidades de cada niño, en cada etapa de su crecimiento. Diseñamos juguetes para niños curiosos y con ansias de explorar cosas nuevas a un precio justo y accesible para todos. Nos preocupamos de estar en constante búsqueda de ideas y materiales, pensando en que los niños están constantemente cambiando”. Opinó Tamara Muñoz, directora creativa de juguetería de Casaideas.
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