Chile y las nuevas estrategias organizacionales

ricardo-bocaz-foto-1060x706Ricardo Bocaz Sepúlveda

Psicólogo, Vicerrector Universidad del Alba Chillán

En los últimos años, los modelos de gestión organizacional han experimentado un profundo cambio. Los anquilosados conceptos que tradicionalmente comprendían las estructuras de las empresas e instituciones están obsoletos y la búsqueda de mejores condiciones laborales ha llevado a que los gerentes generales y los colaboradores adviertan que la transformación se está produciendo. El objetivo hoy está en la eficacia tanto en los procesos productivos como de servicio, para garantizar la sustentabilidad de los proyectos innovadores.

Sin embargo, en la actualidad se requieren dinámicas creativas y alta valoración humana que den cuenta de la importancia del liderazgo, reconociendo en la horizontalidad una oportunidad para la toma de decisiones, evitando la burocracia, aumentando la confianza y transformando la simple participación en un compromiso.

La resiliencia tras el impacto de la pandemia permitió una mirada distinta de la gestión del capital humano. Así, se busca establecer una estrategia que evolucione los nuevos ecosistemas organizacionales, desarrollando un perfil integral y apuntando hacia la ansiada satisfacción laboral junto con el logro de calidad de procesos, asociado a las metas empresariales.

Pensadores como Humberto Maturana, validan la adaptación y gestión del cambio que es asimilada por las nuevas camadas de gestores organizacionales en nuestra realidad latinoamericana. Por su parte, en la Universidad de Quebec, el teórico Adrien Payette, inspira el co-desarrollo organizacional, y en Madrid el destacado psicólogo chileno Ignacio Fernández Reyes hace florecer la redarquía y el rol de los líderes en períodos de transformación, en ocasiones resistidos por el ‘establishment’ de las estructuras.

Nuestra realidad laboral basada en el verticalismo establece parámetros que no flexibilizan ni fomentan la creatividad, sino por el contrario, se inspiran en la desconfianza interna y se niegan a movilizarse en ambientes propositivos. Pero a la luz del progreso, es posible actualizar e impulsar el despertar hacia metodologías innovadoras, avizorando una mayor sostenibilidad para un gran número de empresas e instituciones.

Valorar la fuerza motivacional de las personas y afianzarlas virtudes de los equipos es clave. Aspectos que universidades, centros de estudios y asesores han impulsado durante años con la fiel creencia de que la colaboración, el diálogo y un ambiente seguro de bienestar, tributan a la felicidad organizacional.

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