El Imacec de junio anotó una expansión de 3,1% anual, por debajo de las expectativas de mercado (3,8%) y de nuestra proyección (4,3%). La sorpresa se concentró en el componente minero, que cayó 9,6% anual e incidió negativamente en 1,2 pp al desempeño del agregado. En contraste, la actividad no minera registró un alto crecimiento de 4,8% anual y 0,8% mensual desestacionalizado.
El buen desempeño de la actividad no minera se explicó por avances en todos sus componentes. La producción manufacturera se expandió 8,3% a/a y 2,2% m/m desestacionalizado, luego de tres meses de caídas mensuales, impulsada por la elaboración de alimentos. El comercio también repuntó, tras una secuencia de retrocesos asociados al ajuste posterior al impulso transitorio de inicios de año, registrando un crecimiento mensual de 0,7% y de 8,9% anual. Este resultado reflejó aumentos en el comercio mayorista (materias primas, alimentos y vestuario), minorista (ventas en almacenes, grandes tiendas y plataformas online) y automotor.
Por su parte, los servicios crecieron 4,1% anual, con un avance mensual de 0,4%. El crecimiento estuvo impulsado por los servicios personales, en particular la educación, favorecidos por una baja base de comparación debido a las suspensiones de clases registradas el año anterior. También contribuyeron los servicios empresariales, ligados a la inversión.
Estas cifras preliminares apuntan a un crecimiento del PIB de 2,9% anual en el segundo trimestre y de 3,0% al excluir la minería. En términos desestacionalizados, la actividad habría aumentado 0,4% trimestral. Si bien aún resta conocer el detalle de las cuentas nacionales, que se publicarán el lunes 18 de agosto junto con las revisiones al primer trimestre, el mejor desempeño al estimado durante la primera mitad del año entrega un sesgo al alza a nuestra proyección de crecimiento para el 2025, actualmente en 2,1%.
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