
Contratar un seguro de hogar es una de las decisiones más importantes para proteger tu patrimonio y el bienestar de tu familia.
Tu hogar es mucho más que un lugar físico: es el espacio donde construyes tu vida, tus recuerdos y tu tranquilidad. Por eso, contar con un seguro de hogar adecuado no es solo una medida financiera, sino una inversión emocional y preventiva.
Sin embargo, no todas las pólizas son iguales y elegir la correcta puede marcar la diferencia ante un imprevisto.
Muchas personas contratan el primer seguro que les ofrecen sin revisar coberturas, exclusiones o alternativas. Otras simplemente postergan la decisión por falta de información.
Para ayudarte a tomar una decisión acertada, desde la Asociación de Aseguradores de Chile (AACH) recomiendan cinco pasos clave que te permitirán encontrar el seguro que realmente se adapta a ti.
1. Evalúa tus riesgos personales y del entorno
Antes de revisar ofertas, es fundamental identificar los riesgos más relevantes para tu vivienda. ¿Vives en una zona sísmica, propensa a inundaciones o con alta tasa de robos? ¿Tienes una casa antigua o un departamento en altura? ¿Vives en zona rural o urbana?
Considerar estos factores te ayudará a determinar qué coberturas son prioritarias. Por ejemplo, si estás en una zona de riesgo sísmico, un seguro que no incluya terremotos podría dejarte totalmente desprotegido.
Muchas personas subestiman riesgos como incendios o daños por agua. Estos pueden ocurrir en cualquier tipo de vivienda.
2. Determina qué quieres proteger: estructura, contenido o ambos
Existen dos grandes tipos de cobertura en los seguros de hogar:
- Estructura: protege la vivienda en sí (muros, techos, instalaciones fijas).
- Contenido: cubre los bienes dentro del hogar (muebles, electrodomésticos, objetos personales).
Algunas pólizas también incluyen protección frente a robos, responsabilidad civil (por ejemplo, si una fuga de agua daña el departamento del vecino), e incluso asistencia domiciliaria (como cerrajería o reparaciones eléctricas).
Define si necesitas solo una cobertura básica (estructura) o una protección más amplia que incluya tus pertenencias. Esto dependerá de tu estilo de vida, el valor de tus bienes y el nivel de exposición al riesgo.
3. Compara coberturas, exclusiones y deducibles
No te quedes con la primera oferta. Revisa al menos tres alternativas y compara:
- Coberturas incluidas: qué eventos protege (incendio, sismo, robo, etc.)
- Exclusiones: qué situaciones no están cubiertas (por ejemplo, daños por falta de mantención).
- Deducible: monto que deberás pagar de tu bolsillo antes de que la aseguradora cubra el resto del siniestro.
- Topes de indemnización: límite máximo de dinero que la aseguradora pagará.
A veces, una póliza más económica puede tener deducibles altos o dejar fuera eventos importantes. Lo importante es que el seguro se ajuste a tus necesidades reales, no solo a tu presupuesto inmediato.
4. Consulta si puedes complementar o personalizar tu póliza
Muchas aseguradoras permiten agregar coberturas adicionales según tus necesidades. Por ejemplo:
- Daños por terremotos o erupciones volcánicas.
- Responsabilidad civil a terceros.
- Robo con violencia o sin violencia.
- Daños por filtraciones o roturas de cañerías.
- Asistencia de emergencia 24/7.
Si tienes mascotas, colección de objetos valiosos o trabajas desde casa, también puedes consultar si existe cobertura especial para esos casos. Asegurarte de que el contrato refleje tu estilo de vida es clave para evitar sorpresas.
5. Infórmate sobre el proceso de atención y postventa
Un buen seguro no solo debe protegerte en el papel: debe responder rápido y de forma clara cuando más lo necesitas. Por eso, es importante revisar:
- Opiniones de otros clientes sobre el servicio postventa.
- Facilidad para hacer denuncias o activar coberturas.
- Tiempo de respuesta en emergencias.
- Canales de contacto (teléfono, app, sitio web).
También es recomendable pedir una copia del contrato y leerlo con calma. Si tienes dudas, consulta directamente con la aseguradora o busca asesoría.
Contratar un seguro de hogar es un acto de responsabilidad contigo mismo y con quienes viven contigo. No se trata solo de cumplir con un requisito, sino de tener una red de seguridad cuando ocurren eventos que escapan de tu control.
Infórmate, compara y contrata una póliza que realmente proteja lo que tanto te ha costado construir.
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