Chile envejece: cómo transformar los desafíos del adulto mayor en oportunidades de vida sana

imageComienza el Mes del Adulto Mayor en Chile, ocasión que invita a reflexionar sobre el envejecimiento como una etapa activa y plena, en la que los cuidados físicos, emocionales y comunitarios marcan la diferencia en la calidad de vida.

Cada octubre en Chile se conmemora el mes de las Personas Mayores, como una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que implica el envejecimiento en un país que avanza rápidamente hacia ser una nación mayoritariamente adulta.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2050 el 22% de la población mundial tendrá más de sesenta años, superando por primera vez a quienes tienen menos de quince. En Chile, actualmente más de 3,4 millones de personas superan esa edad, lo que representa el 18% de la población. El reto no está solo en la longevidad, sino en asegurar que esos años se vivan con calidad de vida, autonomía y participación social.

“Hoy sabemos que el gran desafío no es envejecer, sino hacerlo de manera saludable. Mantener rutinas de actividad física, alimentación balanceada y vínculos sociales es fundamental para prevenir el deterioro cognitivo y emocional. El envejecimiento activo debe ser visto como un proceso que empieza mucho antes de la vejez”, explica el doctor Jorge Font, especialista en Salud Mental Adulto de Tarapacá Interclínica.

En esta mirada, la dimensión psíquica y emocional adquiere un rol cada vez más relevante, ya que factores como la soledad, el aislamiento y la pérdida de proyectos personales impactan directamente en la salud de las personas mayores. “La prevención en salud mental es tan importante como la prevención física. Espacios de acompañamiento, estimulación cognitiva y actividades intergeneracionales permiten que los adultos mayores se sientan parte activa de la comunidad, reduciendo riesgos de depresión y ansiedad”, añade el doctor.

El entorno familiar y comunitario también tiene un papel clave: acompañar en la toma de decisiones, fomentar la participación en actividades sociales y promover rutinas de autocuidado son acciones concretas que mejoran la calidad de vida. Pequeños gestos, como compartir una caminata, conversar o involucrar a los adultos mayores en celebraciones familiares, fortalecen no solo el ánimo, sino también el sentido de pertenencia, sostiene el médico de Tarapacá Interclínica.

Vivir mejor

Promover un envejecimiento saludable implica incorporar hábitos simples que generan un gran impacto. Mantener una dieta rica en frutas, verduras y proteínas de buena calidad ayuda a prevenir enfermedades crónicas y fortalece la energía diaria. “La actividad física adaptada, ya sea a través de caminatas, ejercicios suaves o incluso baile, contribuye a preservar la movilidad y evitar caídas, uno de los problemas más frecuentes en esta etapa de la vida”, ejemplifica el doctor Sergio Castro Henríquez, especialista en Geriatría de Cordillera Interclínica.

El descanso nocturno se convierte en un pilar fundamental para el envejecimiento saludable, ya que no solo permite recuperar energía, sino que favorece la memoria, la concentración y el equilibrio hormonal. Un sueño reparador ayuda además a fortalecer el sistema inmunológico y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y deterioro cognitivo. “Cuidar la higiene del sueño —manteniendo horarios estables, evitando el exceso de pantallas antes de dormir y creando un ambiente tranquilo— es una de las medidas más efectivas para mejorar la calidad de vida en esta etapa”, precisa el especialista.

También es importante cultivar la estimulación cognitiva. Actividades como la lectura, escritura, los juegos de memoria o el aprendizaje de nuevas habilidades mantienen la mente activa y fortalecen la autoestima.

“El cuidado del adulto mayor no debe entenderse únicamente como atención médica, sino como un compromiso integral de bienestar que involucra cuerpo, mente y entorno social. Fechas como esta nos recuerdan el desafío de vivir más años con dignidad y plenitud, entendiendo que el cuidado de las personas mayores es una tarea compartida entre familias, comunidades y sistemas de salud”, concluye el doctor Castro.

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