Con un déficit de precipitaciones que supera el 60%, especialmente en regiones del norte, expertos del rubro agrícola advierten que abril y mayo son clave para mejorar la eficiencia del riego.
Tecnologías como el monitoreo remoto y el riego tecnificado ya están al alcance de pequeños y medianos productores.
A pesar del inicio del otoño y las recientes precipitaciones en algunas zonas del país, la crisis hídrica continúa siendo uno de los principales desafíos para el agro chileno, especialmente en las regiones del norte. Frente a este escenario, especialistas en gestión hídrica hacen un llamado a los agricultores a planificar desde ya la próxima temporada y modernizar sus sistemas de riego.
“Los meses de abril y mayo son el momento estratégico para implementar mejoras en riego inteligente, cuando aún hay tiempo para evaluar, diseñar y ejecutar sin la presión del peak de consumo de agua en primavera y verano. Esperar al segundo semestre es perder una ventaja clave”, asegura Nicolás Zepeda, gerente zona Norte de Dripsa, empresa especializada en soluciones de riego de precisión con más de 20 años de experiencia en el país.
En zonas como Coquimbo, Atacama y Valparaíso, el estrés hídrico es permanente. Según cifras del último balance hídrico de la DGA, estas regiones registran déficits de precipitaciones superiores al 60% respecto de su media histórica. A esto se suma la alta evaporación, suelos salinos y la baja eficiencia de riego en cultivos extensivos.
“La situación es crítica. En muchos sectores se sigue regando por turnos o de forma manual, con pérdidas de hasta un 50% del agua. El riego inteligente permite entregar la cantidad justa en el momento exacto, lo que se traduce en un ahorro significativo y una mejor producción”, explica Zepeda.
Ahorro de agua y aumento de productividad
Estudios del Ministerio de Agricultura estiman que los sistemas de riego tecnificado permiten reducir el consumo de agua hasta en un 50%, y aumentar la productividad por hectárea en más de un 30%, dependiendo del cultivo.
Dripsa, que ha implementado soluciones en frutales, hortalizas y cultivos de exportación desde el norte hasta el sur del país, destaca que cada proyecto se adapta a las condiciones del terreno, clima y necesidad del agricultor, combinando sensores de humedad, controladores automáticos, fertirriego y paneles solares.
“Hoy no solo se trata de instalar goteros. Estamos hablando de tecnología que permite al agricultor tomar decisiones informadas, monitorear en tiempo real y asegurar que cada gota cuente”, enfatiza Zepeda.
Y agrega: “Invertir hoy es asegurar la próxima temporada. El riego inteligente no es un lujo, es una necesidad para producir más con menos agua, y hay apoyo disponible para quienes quieran dar el paso”, concluye el ejecutivo de Dripsa.
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