Golpe de calor: cómo la nutrición ayuda a proteger a las mascotas durante el verano

imagePor Diego Rugeles

Médico veterinario, especialista en nutrición animal y gerente técnico de POEMA®

Cuando nos acercamos al verano es una época que muchos esperamos con entusiasmo: días largos, paseos al aire libre y momentos compartidos con nuestras mascotas. Sin embargo, también es una de las estaciones más exigentes para su organismo. Las altas temperaturas, la radiación solar y la falta de hidratación adecuada pueden generar una emergencia grave y muchas veces subestimada: el golpe de calor.

A diferencia de los humanos, perros y gatos no transpiran. Su cuerpo regula la temperatura principalmente mediante el jadeo y, en menor medida, a través de las almohadillas plantares. Cuando el calor ambiental supera la capacidad de disipación, la temperatura corporal se eleva rápidamente y los mecanismos naturales de enfriamiento dejan de ser suficientes. En minutos, puede producirse un cuadro de hipertermia que afecta órganos vitales y compromete la vida del animal.

Las señales iniciales son importantes de reconocer: jadeo excesivo, encías muy rojas, debilidad, tambaleo, vómitos o desorientación. En etapas avanzadas, puede presentarse colapso o pérdida de conciencia. Ante cualquiera de estos signos, es fundamental actuar rápido: trasladar al animal a un lugar fresco, ofrecer agua y acudir de inmediato a un veterinario.

Los perros de hocico corto, como bulldogs, pugs o bóxers, los animales obesos o mayores, y los gatos que viven en espacios cerrados o sin ventilación adecuada son especialmente vulnerables. Por eso, la prevención es la clave. Evitar paseos o juegos intensos entre las 11:00 y las 17:00 horas, mantener siempre agua limpia y fresca disponible, procurar sombra y nunca dejar mascotas dentro del automóvil son medidas básicas que salvan vidas.

Ahora bien, hay un aspecto menos visible, pero igual de determinante: la nutrición. La alimentación de calidad influye directamente en la capacidad de un organismo para enfrentar el calor. Una dieta equilibrada y de alta digestibilidad reduce la carga metabólica y ayuda a mantener la temperatura corporal estable. Las proteínas de buena fuente, los ácidos grasos esenciales y el balance correcto de minerales favorecen un metabolismo más eficiente y un sistema inmune preparado para el estrés térmico.

El golpe de calor no solo se previene con sombra y agua, sino también con una alimentación adecuada. Una nutrición balanceada mantiene el metabolismo activo, mejora la hidratación y contribuye a una mejor regulación térmica.

En gatos, que suelen beber menos agua, incorporar alimento húmedo o combinaciones mixtas ayuda a incrementar la hidratación y prevenir enfermedades urinarias, más frecuentes en verano. En perros, ofrecer las raciones en horarios más frescos, ajustar las porciones y priorizar productos de buena calidad proteica favorece la digestión y disminuye la producción interna de calor.

Otro aspecto importante es el control del peso. El exceso de grasa corporal actúa como aislante térmico y dificulta la disipación del calor. Mantener a las mascotas en su peso ideal, a través de una dieta equilibrada y actividad física controlada, mejora significativamente su tolerancia a las altas temperaturas.

El bienestar de una mascota se construye desde su plato. La nutrición es el punto de partida para fortalecer su organismo y hacerlo más resistente frente a condiciones extremas como el calor. Prevenir siempre será más efectivo que tratar una urgencia.

En verano, cuidar de las mascotas implica más que ofrecer agua o evitar el sol. Significa comprender que su salud está determinada por una combinación de factores: entorno, rutinas, hidratación y, sobre todo, una nutrición de calidad. Cada acción cuenta. Un cambio de horario en los paseos, un bebedero adicional o una dieta adaptada a la temporada pueden marcar una diferencia enorme en su bienestar.

La prevención, como en tantas áreas de la medicina veterinaria, comienza en lo cotidiano. Y en eso, los tutores tienen un rol fundamental: observar, anticiparse y ofrecer a sus animales las condiciones que les permitan disfrutar el verano de forma segura. Alimentar bien es cuidar mejor.

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