La transpiración o sudoración es un proceso natural del cuerpo que ayuda a regular la temperatura corporal. Ocurre frente al calor ambiental, durante la actividad física o incluso al consumir alimentos picantes. Sin embargo, en algunas personas este mecanismo se presenta de forma excesiva y sin causa aparente, afectando su vida diaria.
El Dr. José Miguel Clavero, cirujano de tórax e integrante del Programa de Sudoración e Hiperhidrosis de Clínica Universidad de los Andes, explica que “todos transpiramos, pero existe una condición que afecta entre el 1 y 3 % de la población, conocida como sudoración excesiva o hiperhidrosis. Esta puede presentarse incluso en invierno, con aire acondicionado o estando en reposo. Se produce por una alteración del sistema nervioso simpático, encargado de regular la sudoración”.
La hiperhidrosis suele manifestarse de forma localizada en zonas como las axilas, las palmas de las manos, las plantas de los pies o la región craneofacial. Si bien es una afección benigna, puede generar un impacto significativo en la autoestima y calidad de vida de quienes la padecen, limitando sus actividades sociales, laborales y personales.
El tratamiento depende de diversos factores, como la edad del paciente, la localización y severidad de los síntomas, así como las preferencias y expectativas individuales.
Entre las opciones disponibles se encuentran:
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Hiperhidrosis leve: uso de medicamentos orales y cremas dermatológicas.
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Hiperhidrosis leve a moderada: además de lo anterior, puede aplicarse toxina botulínica, especialmente en la zona axilar. Su efecto es transitorio, con una duración promedio de 3 a 6 meses. También, existe un tratamiento conocido como MiraDry que consiste destruir las glándulas sudoríparas, para que no vuelva a haber transpiración en la zona afectada.
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Hiperhidrosis moderada a severa: en casos donde los tratamientos previos no han resultado efectivos, particularmente en la sudoración palmar, craneofacial o axilar, la cirugía mínimamente invasiva.
La Simpatectomía por Videotoracoscopía es la cirugía torácica mínimamente invasiva que se realiza bajo anestesia general, mediante dos pequeñas incisiones de aproximadamente 5 mm a cada lado del tórax, y puede ser ambulatoria. Es una técnica segura y altamente efectiva, logrando el control de los síntomas en forma permanente en más del 95% de los pacientes.
El Dr. Clavero detalla que “es un procedimiento definitivo y altamente efectivo, con excelentes resultados en más del 95 a 98% de los pacientes. El efecto es inmediato y visible desde el postoperatorio. Generalmente, el paciente puede reincorporarse a sus actividades normales a los pocos días”.
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