En el país persisten barreras estructurales y culturales que dificultan su ejercicio pleno, lo que afecta directamente la salud y el bienestar infantil.
La lactancia moviliza a organizaciones, profesionales de la salud y madres a lo largo del país para mantener activa una conversación clave para avanzar en políticas públicas y apoyo social. De acuerdo con el Ministerio de Salud, solo un 56% de los bebés reciben lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, cifra que está lejos del 70% recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este indicador ha mostrado avances, pero la brecha persiste especialmente en sectores vulnerables.
La Organización Mundial de la Salud recomienda lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses y lactancia materna complementada con otros alimentos hasta los dos años o más. Sin embargo, los datos en Chile evidencian que muchas madres no alcanzan esta meta. La razón fundamental radica en la sensación de aislamiento, a pesar de no estar solas.
En Chile, aunque más del 80% de las madres inicia la lactancia en la primera hora postparto, esta cifra disminuye rápidamente en los meses siguientes. Las razones incluyen la presión por reincorporarse al trabajo, el dolor, la ausencia de redes de apoyo, el desconocimiento y, en muchas ocasiones, el juicio social respecto a cómo y hasta cuándo “debería” amamantar una mujer.
Además de su impacto nutricional y emocional, la lactancia tiene una dimensión económica y sanitaria. Según Unicef (2024), por cada dólar invertido en apoyo a la lactancia se recuperan 35 en beneficios sociales, de salud y productividad.
Mary Eugenia Gutiérrez, directora ejecutiva de Fundación La Comunidad de la Leche, afirma que “Las madres no fracasan al amamantar; es el entorno el que les falla. Sin apoyo, educación, políticas laborales adecuadas y redes de acompañamiento, la lactancia se convierte en una carga en lugar de un acto de salud y amor”.
El país ha avanzado en licencias postnatales y en la habilitación de salas de lactancia en espacios públicos, aunque aún queda camino por recorrer. Gutiérrez insiste en que es imprescindible que las empresas garanticen tiempo y espacio para la lactancia, que los equipos médicos escuchen más y juzguen menos, y que los medios aborden este tema como una cuestión de país y no solo de maternidad.
Es por ello que, desde Fundación la Comunidad de la Leche, destacan que una lactancia exitosa requiere educación desde el embarazo, acompañamiento profesional desde el parto y un entorno social que valide las decisiones maternas, además de empatía.
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