Categorías: VALPARAÍSO

Autismo e invisibilidad: el peso de las cuidadoras en la inclusión

Por Luis Alberto Donoso-Estay

Dr. (c) Psicología. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

Jefe de Carrera Trabajo Social UST Viña del Mar

Cada 2 de abril se multiplican las iniciativas para visibilizar el autismo: campañas en redes sociales, actividades escolares, edificios iluminados de azul. Sin embargo, más allá del gesto simbólico, poco se discute sobre quiénes sostienen, día a día, los procesos de inclusión de niñas y niños dentro del espectro autista. En Chile, como en muchos otros contextos, ese trabajo recae casi exclusivamente sobre las mujeres: madres, abuelas, tías, cuidadoras.

Esta situación configura una forma de exclusión de segundo orden, silenciosa pero persistente. Mientras las políticas públicas celebran avances en inclusión, lo que se observa es una sobrecarga estructural que obliga a las mujeres a convertirse en gestoras, intermediarias y defensoras de derechos básicos. Son ellas quienes articulan el acceso a la educación, a la salud, a los apoyos especializados. Quienes adaptan sus rutinas laborales y familiares. Quienes muchas veces deben abandonar sus proyectos personales para garantizar el bienestar de sus hijos e hijas.

La llamada “Ley TEA” (Ley 21.545), recientemente promulgada, ha sido presentada como un paso significativo en la promoción de derechos para personas dentro del espectro autista. No obstante, sus efectos concretos aún son limitados. Persisten brechas de implementación, barreras institucionales y una lógica que individualiza el problema, descargando sobre las familias —y dentro de ellas, sobre las mujeres— la responsabilidad de lograr lo que el sistema aún no garantiza: una inclusión real, efectiva y digna.

Hablar de inclusión sin considerar la distribución desigual del trabajo de cuidado es sostener una narrativa parcial. La perspectiva de género permite comprender que no se trata solo de apoyar a niños y niñas autistas, sino también de transformar las condiciones que reproducen la invisibilización y precarización de quienes los acompañan. Las cuidadoras no solo sostienen la inclusión: la hacen posible con su tiempo, su energía y, muchas veces, a costa de su salud física y mental.

Este 2 de abril, además de generar conciencia sobre el autismo, urge ampliar la conversación:

¿quiénes están sosteniendo los avances en inclusión?, ¿qué rol cumple el Estado?, ¿cuánto de lo que celebramos depende del sacrificio silencioso de mujeres que enfrentan esta realidad con escaso apoyo institucional?

Visibilizar esta dimensión no es un gesto simbólico. Es una exigencia ética. Porque la inclusión también se escribe en femenino.

Prensa

Compartir
Publicado por
Prensa

Entradas recientes

Parque Solar Comunitario llegará a 7 comunas de La Araucanía y ayudará en pago de la cuenta de luz

La Araucanía da un paso significativo hacia la sostenibilidad energética con la adjudicación de siete…

10 horas hace

PDI Temuco detiene a dos mujeres por usurpación de propiedad

Detectives de la Brigada de Investigación Criminal Temuco detuvieron a dos mujeres adultas por el…

10 horas hace

Corte Suprema declara prescritos delitos de abuso sexual imputados al alcalde de Victoria

El máximo tribunal acogió recurso de amparo presentado por la defensa de Javier Jaramillo Soto,…

11 horas hace

El Pije revive en la Primera B con una racha ganadora bajo la dirección de Esteban Valencia

Deportes Temuco suma su tercer triunfo desde la salida de Mario Salas. Deportes Temuco ha…

11 horas hace

Seremi de Salud de La Araucanía condena uso indebido de licencias médicas y refuerza fiscalización en la región

La autoridad sanitaria regional rechaza categóricamente las irregularidades detectadas en el uso de licencias médicas,…

12 horas hace

Parque Fotovoltaico El Manzano III en riesgo por negativa de un servicio sectorial

· “Nos preocupa profundamente que un proyecto de generación renovable, que ha debido reingresar tres…

14 horas hace