Los desafíos planteados por una sociedad que envejece han sido cada vez más discutidos por medios de comunicación, economistas e investigadores de la salud. Tendremos que cambiar la forma en que abordamos el mercado laboral y los sistemas de pensiones, de asistencia social (donde existan), las modalidades de cuidados, y los sistemas de vivienda, si queremos tener sociedades sostenibles, equitativas y más justas. Necesitamos cambiar la forma en que abordamos las elecciones que hacemos con respecto a la producción, el consumo y el comportamiento para ser más saludables para nuestra propia salud y entorno. Tomar mejores decisiones en estos ámbitos permitirá hacer un mejor uso de este fenómeno mundial y mitigar el impacto negativo que este cambio demográfico pueda tener.
El envejecimiento saludable aún no es una opción para muchos pues existen altos niveles de desigualdad. Por ejemplo, aunque las mujeres tienden a vivir más tiempo, padecen más años con morbilidades y dependencia de cuidados, a pesar de que forman parte de la mayoría de los proveedores de atención no remunerados en el país. Si no cambiamos la manera en que distribuimos nuestros recursos y avances en ciencia / tecnología hacia una sociedad más equitativa, es probable que aquellos que ya son más favorecidos socioeconómicamente se beneficien al máximo de este envejecimiento por más tiempo, creando una brecha de desigualdad aún mayor entre los grupos.
Los estudios demuestran que las opiniones y sentimientos negativos hacia el envejecimiento (ej.verlo como una carga financiera para las generaciones más jóvenes, todas las personas mayores como dependientes de cuidados y enfermas, etc) pueden tener enormes efectos negativos para nuestra propia salud y para la salud de los demás. Los puntos de vista edadistas pueden incluso acortar nuestras vidas por varios años. Lo más probable es que la mayoría de nosotros vivamos más tiempo que nuestras generaciones mayores. Por lo mismo, necesitamos replantear el cómo vemos, sentimos y actuamos hacia el envejecimiento para que podamos valorar y estar orgullosos de ser y tener personas mayores a nuestro alrededor.
Dra. Déborah Oliveira, académica de Enfermería, académica de Facultad de Enfermería, Universidad Andrés Bello, Sede Viña del Mar.
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