Factores climáticos y uso permanente de los sistemas de riego son algunos aspectos a considerar.
“Los aspersores son una pieza fundamental del sistema de riego, ya que optimizan el uso del recurso hídrico y mejoran la productividad agrícola. Pero con el tiempo, el desgaste por uso, la acumulación de sedimentos y las condiciones climáticas pueden afectar su eficiencia”, explica Nicolás Zepeda, representante técnico comercial de Dripsa, empresa especialista en soluciones de riego inteligente. “Saber reconocer las señales de desgaste y realizar un mantenimiento adecuado puede marcar la diferencia en la uniformidad del riego y la salud de los cultivos”, agrega el experto.
Existen signos claros de que los aspersores podrían necesitar ser reemplazados. Entre ellos, se encuentra la disminución en la eficiencia del sistema de riego; el aumento en la cantidad de agua que se desperdicia; la evidencia de sectores secos o encharcados que pueden indicar corrosión o desgaste en las boquillas; fugas o goteras, y la disminución del caudal o flujo del agua que podría indicar deterioro de componentes internos.
En tanto, la frecuencia de cambio de los aspersores de un pivote depende de varios factores, como el tipo de cultivo, el tiempo, la calidad del agua y el uso del sistema de riego. “En general, se recomienda cambiar los aspersores cada cinco años. Sin embargo, si se observan problemas de desempeño, como una disminución en la uniformidad de la aplicación de agua o un aumento en la presión del sistema, es posible que sea necesario cambiarlos con mayor frecuencia”, argumenta Zepeda.
Por todo lo anterior, Desde Dripsa recomiendan seguir algunas medidas para identificar oportunamente cuando deben ser reemplazados:
Inspección y mantenimiento rutinario:
– Cada 1-3 meses: Inspeccionar los aspersores para asegurarse de que estén funcionando y no estén obstruidos.
– Cada 6-12 meses: Limpiar y reemplazar los filtros de malla del cabezal de riego y evitar la acumulación de sedimentos y minerales.
– Cada 1-2 años: Inspeccionar y ajustar las boquillas de los aspersores para cerciorarse de que estén funcionando correctamente – aforo – y no estén desgastadas.
Mantenimiento preventivo:
– Antes de la temporada de riego inspeccionar y probar el sistema de riego para asegurarse de que están funcionando correctamente, junto a un aforo del sistema.
– Después de la temporada de riego drenar el sistema de riego y almacenar los aspersores en un lugar seco y protegido, para evitar daños por congelamiento o corrosión.
Consejos adicionales:
– Registra el historial de mantenimiento para no olvidar realizar tareas importantes
– Ajusta el sistema de riego según las condiciones climáticas para evitar el desperdicio de agua y asegurar que las plantas reciban la cantidad adecuada de agua.
“Invertir en aspersores de calidad y realizar un mantenimiento adecuado no solo asegura una mejor distribución del agua, sino que también contribuye a la eficiencia energética y al cuidado del medio ambiente”, concluye Nicolás Zepeda.
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