Ganar más dinero no necesariamente significa consolidar una economía doméstica exitosa. Usualmente, ocurre todo lo contrario. Aquellas personas que obtienen más recursos tienden a gastarlo en bienes y servicios no esenciales que les permiten demostrar su cambio de estándar o acceder a cosas que por mucho tiempo anhelaron y no pudieron costear. A este concepto se le conoce como inflación del estilo de vida.
Se trata de un patrón de conducta financiero que describe a aquellos individuos que, al aumentar sus ingresos, también incrementan, en la misma o mayor proporción, sus gastos. El problema viene cuando este comportamiento afecta, por ejemplo, la capacidad de ahorro, la organización del presupuesto o el nivel de endeudamiento de corto y largo plazo.
Es perfectamente razonable que los seres humanos quieran darse gustos cuando obtienen una mayor recompensa por su trabajo o emprendimientos, pero en muchas ocasiones esta conducta deriva en gastos desproporcionados.
Entonces, ¿cómo podemos resguardarnos de este complejo escenario? No existen las recetas mágicas en finanzas personales. El único mecanismo es ser plenamente consciente de nuestro presupuesto, organizarlo de tal manera que podamos solventar nuestros gastos básicos, destinar una parte de los ingresos a darnos los gustos que queramos (y podamos) y también invertir y ahorrar.
Un cambio en el estilo de vida puede producirse en un largo período de tiempo y ser difícil de detectar. Las personas pueden habituarse a su estándar y financiar sus gustos a través de un endeudamiento permanente que, en algún momento, hará colapsar sus finanzas y devolverlos con dureza a la realidad.
Las consecuencias de esta conducta no solo se percibirán en el futuro, sino también en el presente: nos hará realmente vulnerables ante emergencias. Y lo anterior es aún más preocupante si consideramos que, en Chile, uno de cada cinco consumidores presenta altos niveles de carga financiera.
Nadie es inmune a este problema. Sin embargo, todos podemos hacer algo al respecto. Evaluar si, al cabo de unos años de aumento de ingresos, los ahorros o inversiones reflejan una mayor solidez. Asimismo, es importante ser financieramente organizado. Su bolsillo y usted mismo, se lo agradecerán.
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