La iniciativa forma parte del internado profesional de nutrición comunitaria intraescolar, el cual considera un proceso de acompañamiento y co-creación, durante todo el año académico, entre internos de 5° año y escolares de educación preescolar y básica, para el desarrollo de proyectos conjuntos.
Su propósito es fortalecer prácticas alimentarias saludables mediante actividades lúdicas, dinámicas grupales y estrategias participativas que promuevan el aprendizaje y la adopción de conductas protectoras para la nutrición y la salud de niños y niñas.
Kalajan Avendaño, directora de la Escuela Elmo Fúnez Carrizo, destacó el impacto del programa señalando que se encuentran “muy contentos y agradecidos por el internado realizado durante todo el año, ya que se trata de un trabajo colaborativo que ha beneficiado enormemente a nuestros estudiantes. Con el tiempo han ido adquiriendo nuevos conocimientos, mejorando sus hábitos saludables y desarrollando habilidades sociales a través de su participación en las distintas actividades planificadas”.
Por su parte, Giuliana Araya, estudiante de 5° año, subrayó la relevancia de intervenir en contextos escolares, afirmando que “es fundamental promover hábitos saludables desde edades tempranas, y como futuros nutricionistas desempeñamos un rol esencial en la formación y consolidación de prácticas alimentarias adecuadas”.
El Dr. Nelson Hun, académico de la UST sede Antofagasta y director del Observatorio de la Alimentación (ODA360), explicó que “este internado constituye una experiencia formativa clave para los estudiantes, ya que los sitúa en un contexto real donde deben adaptar los conocimientos adquiridos en sus asignaturas al entorno concreto en el que trabajan”.
Asimismo, señaló que “la iniciativa refleja la bidireccionalidad de la vinculación con el medio, ya que los estudiantes aportan con su trabajo disciplinar y la comunidad escolar enriquece el proceso con sus experiencias y perspectivas, generando un aprendizaje compartido”.
Por otro lado Francisca Fuentes, nutricionista y supervisora del internado, destacó que “el Mapa Nutricional JUNAEB 2024 evidenció que en la región más de la mitad de los escolares presenta malnutrición por exceso y cerca de un 25% vive con obesidad, cifras que reflejan riesgos significativos para su bienestar integral. Este estado nutricional afecta el rendimiento académico, el desarrollo cognitivo y la salud emocional”.
“En este contexto”, explicó Fuentes, “el trabajo de los internos adquiere especial relevancia, ya que al diseñar e implementar programas de alimentación saludable y actividad física, contribuyen a generar entornos escolares más sanos y a involucrar activamente a las familias por lo que, invertir en la nutrición escolar, es fundamental para asegurar un futuro más saludable y próspero para Antofagasta”.
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