Durante este año se han registrado algunos casos y brotes de distemper canino en la Región de Valparaíso, situación que ha vuelto a poner en relieve la importancia de la prevención y la vacunación oportuna en mascotas.
Esta enfermedad viral, altamente contagiosa y potencialmente mortal, sigue siendo una de las principales causas de muerte en perros, especialmente en cachorros sin esquema de inmunización completo, por lo que mantener los controles veterinarios al día y reforzar la tenencia responsable, son acciones fundamentales para proteger la salud animal y evitar la propagación del virus.
Nicolás Escobar, Director de Carrera de Medicina Veterinaria de UDLA Sede Viña del Mar, explica que el distemper “es una enfermedad causada por el virus del moquillo canino, perteneciente a la familia Paramyxoviridae, muy similar al virus del sarampión humano. El contagio se produce principalmente por vía aérea, a través de secreciones respiratorias, aunque también puede transmitirse por contacto con fluidos corporales, agua contaminada o superficies infectadas”.
El académico señala que esta puede afectar a perros de todas las edades, aunque los cachorros entre dos y seis meses son los más propensos a enfermar. También puede presentarse en otros carnívoros silvestres, como zorros, hurones o mapaches. “Aunque no representa un riesgo para las personas, su impacto en animales domésticos y en fauna silvestre lo convierte en un problema relevante desde el punto de vista de la salud pública veterinaria”, indica el Dr. Escobar.
Los signos clínicos pueden variar según la fase y el sistema del organismo comprometido. Entre los más comunes se encuentran la fiebre persistente, secreciones nasales y oculares, tos, dificultad respiratoria, vómitos, diarrea, pérdida de apetito y decaimiento. En etapas más avanzadas pueden aparecer síntomas neurológicos, como convulsiones o descoordinación motora.
Frente a esta realidad, el médico veterinario recalca que “la vacunación es la principal herramienta de prevención. Se recomienda aplicar la primera dosis entre las seis y ocho semanas de edad, con refuerzos cada tres a cuatro semanas hasta completar el esquema inicial, y luego mantener refuerzos anuales durante toda la vida del animal. Esta vacuna, que forma parte del esquema múltiple, protege también contra otras enfermedades virales graves”.
El académico añade que la limpieza del entorno es una medida complementaria esencial. “Aunque el virus es lábil al medio ambiente, puede sobrevivir varios días en condiciones frías y húmedas. Por ello, se deben mantener los espacios ventilados, limpiar con detergente, desinfectar con cloro diluido o amonios cuaternarios y lavar textiles con agua caliente. Además, es importante lavarse las manos luego de manipular perros enfermos, ya que las personas pueden actuar como vectores pasivos del virus”, explica.
Finalmente, el Dr. Escobar hace un llamado a fortalecer la educación sobre tenencia responsable y prevención. “El distemper no tiene tratamiento específico, solo manejo sintomático y cuidados de soporte. Por eso, mantener al día el calendario de vacunación y realizar controles veterinarios periódicos son acciones fundamentales. Prevenir esta enfermedad no solo protege a cada mascota, sino también a toda la comunidad y al ecosistema que compartimos”, concluye.
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