Por Kevin Frank Gerigk, académico de Pedagogía en Inglés UNAB.
El dominio del idioma inglés se ha convertido en una habilidad importante y decisiva que empodera, entrega a habilidades y enriquece la vida cotidiana de personas de todo el mundo. El uso del inglés se manifiesta en una amplia gama de actividades cotidianas. Por ejemplo, da acceso a series de televisión y películas en su idioma original, que suelen proceder de Estados Unidos.
Además, el inglés ha dejado de ser un idioma del círculo interno, como lo describió Kachru a mediados de la década de 1980, que solo pertenecía a los países que tenían el inglés como idioma oficial. En cambio, el inglés ahora se considera como lengua franca internacional, que se utiliza principalmente entre hablantes no nativos. Este cambio en el estatus del idioma lo ha convertido en una herramienta indispensable para todos aquellos que se comunican con personas de otros países, ya sea en intercambios estudiantiles, negocios internacionales, educación, viajes o entretenimiento, arte y cultura.
En Chile, el Gobierno y las instituciones educativas reconocen la necesidad de mejorar el nivel de inglés de sus ciudadanos. Esto ha dado lugar a una serie de iniciativas, como el programa «El inglés abre puertas», creado en 2004. El Gobierno continuá promoviendo programas para desarrollar y fomentar la enseñanza del inglés dentro y fuera de la educación formal, con el objetivo de convertir a Chile en un país bilingüe para finales de la década actual.
Sin embargo, al hacer balance de los progresos realizados desde el inicio de los esfuerzos estatales para fomentar el desarrollo de las competencias lingüísticas en inglés, queda claro que el país sigue siendo en gran medida monolingüe hasta ahora. Un estudio publicado recientemente por Global English Language Report indica que la mayoría de los estudiantes en Chile solo alcanza un nivel básico (A1 según el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas) y que una minoría alcanza un nivel intermedio bajo (B1).
Estos datos se ven corroborados por el informe de 2023 de EF Chile, que muestra que los chilenos, aunque alcanzan el octavo lugar en América Latina, han mejorado en general su dominio del inglés (47/116 países comparados en el informe).
Sin embargo, esta cifra representa principalmente áreas urbanas como la Región Metropolitana de Santiago y Valparaíso. Las zonas más rurales parecen haber disminuido sus habilidades en el idioma inglés. Al mismo tiempo, se puede observar que el dominio del idioma en los grupos de edad de 21 años o más, ha aumentado constantemente, mientras que el grupo de edad más joven del informe (18-20) muestra una fuerte caída en los niveles de dominio.
Esto corrobora un informe gubernamental publicado en 2017, que indica que los estudiantes, aunque se supone que deben alcanzar un dominio cercano al nivel B1, normalmente solo alcanzan el nivel A2 o inferior (Agencia de Calidad de la Educación 2018). Esto convierte a Chile en un país mayoritariamente monolingüe de habla hispana, lo que podría limitar las oportunidades económicas y globales de los jóvenes chilenos.
Al hablar con un colega que trabaja con colegios en contextos vulnerables, surge una pregunta: ¿por qué debería aprender inglés si quiero hacerme cargo de la empresa de gasfitería familar? Por difícil que sea encontrar una respuesta a esta pregunta, hay que tener en cuenta que la cultura y los valores de los países de habla inglesa han tenido una influencia directa en Chile y sus ciudadanos, al igual que en el resto del mundo.
Esto da lugar a la necesidad de ver el inglés no solo como un idioma que se habla a miles de kilómetros de distancia de las aulas locales, ya sea en Puerto Williams, Arica o Santiago, sino también como un medio de comunicación y consumo de ideas, tendencias y perspectivas. Esta comprensión ha comenzado recientemente a influir en iniciativas lideradas por innovadores formadores de docentes e investigadores en Chile.
Una de estas iniciativas está liderada por el Núcleo de Estudios de la Enseñanza del Inglés en Programas de Traducción (EIPT), que trabaja arduamente para introducir la tecnología y las herramientas digitales en la formación de traductores de inglés-
español en Chile.
Otra iniciativa similar se ha plasmado en el libro «Critiquing the Teaching and Learning of English in Chile: Challenges and Opportunities for Transformative Practice» (Crítica de la enseñanza y el aprendizaje del inglés en Chile: retos y oportunidades para una práctica transformadora), que aborda la perspectiva de los formadores de profesores de inglés y los formadores de docentes para informar sobre los retos y ofrecer soluciones para superarlos.
Otro elemento está liderada por la Universidad Andrés Bello, que ofrece cursos complementarios de inglés en todas sus carreras de pregrado, con el objetivo de aumentar la competitividad de sus estudiantes, tanto a nivel nacional como internacional.
Una última barrera está siendo abordada actualmente por los académicos de la Universidad de Chile, que recientemente han introducido programas obligatorios de inglés con fines académicos para todas sus licenciaturas. El objetivo es garantizar que los conocimientos académicos sigan siendo accesibles para los estudiantes, ya que la mayoría de ellos se enseñan en inglés.
A pesar de estas iniciativas e innovaciones educativas bastante recientes, los dos principales programas universitarios que preparan a los estudiantes para los estudios globales y el acceso a la ciudadanía global siguen siendo las carreras de Traducción y Pedagogía en Inglés. Si bien los traductores e intérpretes tienen un trabajo distinto, son los profesores quienes, sin lugar a duda, tienen la responsabilidad de garantizar que los chilenos jóvenes y no tan jóvenes tengan la oportunidad de participar en el discurso global y en la fuerza laboral internacional. Por ello, los programas universitarios de formación del profesorado no solo preparan a las mentes jóvenes para los retos de la profesión docente, sino que también les entregan las habilidades y los conocimientos necesarios para formar y guiar a las nuevas generaciones de chilenos hacia un futuro profesional más internacionalizado.
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