Con un 21,8% de participación femenina, Chile alcanza el segundo lugar mundial en la industria minera, pero enfrenta el reto de cerrar brechas en formación técnica y liderazgo, claves para sostener este crecimiento.
En la última década, la inclusión de mujeres en la gran minería chilena ha experimentado un avance histórico. Según el más reciente Monitoreo de Indicadores de Género de la alianza CCM-Eleva, la participación femenina alcanzó un 21,8% en 2024, más que duplicando el 7,7% registrado en 2014. Esta cifra posiciona al país en el segundo lugar a nivel mundial, apenas por debajo de Australia (22%) y por encima de referentes como Canadá (18,4%) y Estados Unidos (13,6%).
Este resultado es fruto del trabajo conjunto de las 12 empresas mineras que integran la alianza (entre ellas Antofagasta Minerals, Anglo American, BHP, Collahuasi, SQM y Teck), así como del compromiso del sector público, la sociedad civil y el mundo académico. “Estos avances reflejan una transformación cultural y organizacional profunda, que está abriendo oportunidades reales para las mujeres en la minería”, destacó Cristian Molina, Gerente de Operaciones de Tres60.
La contratación femenina también alcanzó cifras históricas: durante el segundo semestre de 2023, el 47,4% de las nuevas contrataciones correspondió a mujeres. Si bien el primer semestre de 2024 registró una baja al 38,6%, el segundo semestre mostró una recuperación, llegando al 43%, lo que se traduce en 1.485 nuevas trabajadoras incorporadas.
A nivel regional, Antofagasta lidera el crecimiento: la participación de mujeres en minería en la zona pasó del 21,6% en 2023 al 25,6% en el segundo semestre de 2024, superando el promedio nacional. “Este liderazgo regional demuestra que, con las políticas correctas y un compromiso sostenido, es posible avanzar significativamente en inclusión”, explicó Molina.
Sin embargo, persisten desafíos estructurales que limitan la sostenibilidad de este progreso. La participación de mujeres en carreras técnicas vinculadas a la minería sigue estancada, con solo un 13% en educación superior y un 14% en educación media técnico-profesional. Esta brecha educativa reduce la oferta de talento para la industria y dificulta aumentar la presencia femenina en cargos de liderazgo y especialidades críticas.
Esta brecha educativa reduce la oferta de talento para la industria y dificulta aumentar la presencia femenina en cargos de liderazgo y especialidades críticas. En este contexto, empresas como Tres60 (especialista en integración tecnológica, automatización y soluciones digitales para la minería) juegan un rol clave. A través de plataformas propias y programas de capacitación interna, como su Academia TRES60, la empresa contribuye a formar talento técnico y abrir espacios de desarrollo para mujeres en áreas altamente especializadas.
La alianza CCM-Eleva trabaja activamente para abordar estas brechas a través de programas educativos inclusivos, capacitación docente y metodologías innovadoras como el rapid-learning, además de su participación en la Mesa Nacional Mujer y Minería. “No basta con sumar más mujeres; es indispensable garantizar que tengan acceso a la formación técnica y oportunidades de crecimiento dentro de la industria”, afirmó Mauricio Aguilera como Gerente de Administración y Finanzas.
La diversidad y equidad en la minería requieren el compromiso de todos los actores para construir una industria inclusiva, competitiva y alineada con las metas de desarrollo del país. La evolución desde el 7,7% en 2014 al 21,8% actual evidencia que la inclusión femenina es posible, pero su consolidación dependerá de cerrar las brechas educativas y culturales que aún persisten.
Leave a Reply