El Gobierno de Chile ha decidido suspender temporalmente el proyecto astronómico chino en Cerro Ventarrones, Región de Antofagasta, tras recibir advertencias de Estados Unidos sobre posibles implicancias estratégicas del observatorio.
El proyecto, denominado TOM (Monitoreo de Objetos Transitorios), es un telescopio de alta precisión diseñado para estudiar objetos cercanos a la Tierra. Fue anunciado en enero de 2023 como parte de un convenio entre la Universidad Católica del Norte (UCN) y el Observatorio Nacional Astronómico de China.
Sin embargo, funcionarios estadounidenses, incluyendo a la exembajadora Bernadette Meehan y al nominado embajador Brandon Judd, expresaron su preocupación por un posible “uso dual” del observatorio, es decir, que podría tener aplicaciones tanto científicas como militares, como el rastreo de satélites en órbita terrestre.
Ante estas preocupaciones, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile inició una revisión del acuerdo, cuestionando la legalidad del convenio entre la UCN y la entidad china. La Cancillería señaló que, según la normativa vigente, las entidades privadas no pueden establecer acuerdos internacionales en materia astronómica, y que este tipo de proyectos deben canalizarse a través de un acuerdo entre Estados o mediante la Universidad de Chile, única institución pública habilitada para estos fines.
Además, se está evaluando si el uso del terreno fiscal, concesionado por el Ministerio de Bienes Nacionales para la construcción del observatorio, cumple con las condiciones establecidas para su uso.
La embajada de China en Chile reaccionó acusando a Estados Unidos de interferir en la cooperación científica entre China y Chile, calificando la situación como una manifestación de una “nueva Doctrina Monroe”. La delegación diplomática expresó su confianza en que el pueblo chileno no se dejará engañar y que los intentos estadounidenses no tendrán éxito.
Este episodio ha generado un debate sobre los criterios que debe tener Chile al autorizar infraestructura de observación espacial, especialmente cuando proviene de potencias con proyección tecnológica global. Se plantea la necesidad de una estrategia nacional en materia espacial que contemple tanto el valor científico de estas instalaciones como sus eventuales implicancias geopolíticas y de seguridad.
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