No es solo un asunto de humor

Ingrid Robert Calisto UNABIngrid Robert Calisto
Académica Trabajo Social U. Andrés Bello, sede Viña del Mar

La participación del humorista venezolano en el certamen viñamarino fue anunciada semanas antes en los medios de comunicación de masas. En redes sociales, hubo expresiones de xenofobia por un lado y de resistencia dado su humor político por el otro, aunque fue también muy esperada su participación entre la comunidad venezolana residente. Llegó la noche del evento y la rutina televisada internacionalmente le fue fallida, marcada por una interacción con el público de confrontación. En la Quinta Vergara hubo tensiones e incomodidad entre el público, y las opiniones vertidas todo el día en redes sociales develan que lo que podría haber sido solo una mala noche para el humor, es una señal bien clara de que vamos en el sentido contrario de cualquier encuentro intercultural.

En Chile, casi el 10% de la población residente es extranjera. La población chilena en tanto oscila en similar porcentaje residiendo en el exterior. Por lo tanto, habitamos un país en movimiento y entre contextos socioculturales que son diversos. Cuando migramos, las comunidades de acogida y sus estructuras son fundantes en nuestros proyectos de vida allí, nuestros procesos adaptativos y en la forma en que sobrellevamos la vivencia de migrar y dejar atrás. Desde el punto de vista de la comunidad que recibe, la migración es también un proceso de transformaciones y cambios que implica desafíos cuando además el tamaño del flujo migratorio alcanza los dos dígitos de la población.

Es por ello que importa tener miradas también desde un ámbito psicosocial y emocional respecto del proceso migratorio como de la convivencia diversa entre personas y comunidades que sentipiensan y construyen vínculos a partir de sus propias experiencias y constructos. No obstante, el abordaje que hemos tenido como país frente a las migraciones (inmigrar/emigrar) es como si fuera un asunto solo de otros. En materia de política pública, la agenda setting chilena ha exacerbado discursos y acciones de securitización de la migración internacional por sobre políticas de encuentro y convivencia de las diferencias y diversidad culturales. En los medios de prensa ha sido persistente la hegemonía de la migración como un problema social por sobre la construcción de ésta como un fenómeno que abre oportunidades de transformación sociocultural y económicas para todos y todas. A nivel de política migratoria, los avances en asuntos de mediación intercultural están presentes de forma incipiente y dispar en municipios y corporaciones municipales y los principales avances han estado en el ámbito de los servicios públicos de salud.

En asuntos de convivencia intercultural tenemos responsabilidad en el devenir de las relaciones humanas a través de políticas públicas que promuevan el respeto irrestricto al derecho a la participación social, cultural, política y económica de todas las personas que habiten este territorio. Sin discriminación y siempre basadas en el respecto del otro como un legítimo otro. De lo contrario, seguiremos profundizando en modelos de convivencia social de nosotros y los otros. Esto es menester estatal, de quienes toman decisiones en lo público y en lo privado, pero es también responsabilidad de los medios de comunicación que problematicemos lo ocurrido en el festival viñamarino y no se mercantilicen el racismo y la xenofobia.

Es riesgoso si no lo hacemos, pues el racismo y la xenofobia son objetos de mercantilización, y eso lo estamos viendo geopolíticamente en América Latina con el creciente discurso antimigrante.

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