Juegos Olímpicos y Paraolímpicos de París: Fiesta de arte y patrimonio

Academico-Jose-Albucco-consejeroJosé Albuccó, académico Universidad Católica Silva Henríquez y creador del blog Patrimonio y Arte

En este verano europeo, París alberga los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos de 2024, que comenzaron en un clima de preocupación frente a la seguridad, debido al sabotaje contra el sistema ferroviario de alta velocidad, y también en un contexto de tensión racial, producto de diversos operativos de retiro de personas en situación de calle, la mayoría migrantes.

La última vez que la capital francesa acogió este certamen fue hace exactamente 100 años, y hoy la ciudad luz -dada su condición de metrópoli cultural europea por excelencia- nos brinda una oportunidad única para relevar una faceta de esta fiesta deportiva que a veces pasa desapercibida: su conexión con la vida artística y patrimonial.

Sin embargo, aunque hoy pareciera que el deporte olímpico y el arte van por caminos opuestos, lo cierto es que la historia dice lo contrario. En 1906,  Pierre de Coubertin, el llamado “padre” de los Juegos Olímpicos modernos, planteó la idea de incorporar a las artes como una competencia olímpica, considerando cinco categorías: arquitectura, música, pintura, escultura y literatura. Los trabajos artísticos a presentar debían estar enteramente inspirados en la actividad deportiva.

Fue en la cita de Estocolmo de 1912 cuando se materializó esta propuesta. Participaron alrededor de 35 creadores, entregándose medallas de oro en todas las categorías definidas. Luego, las artes continuaron siendo una disciplina olímpica durante varias ediciones, no obstante, con ciertas controversias. En los Juegos Olímpicos de Londres de 1948, el Comité Olímpico Internacional decidió terminar con las competiciones de arte, siendo reemplazadas por una actividad conocida como la Olimpiada Cultural, presente hasta nuestros días.

De hecho, los juegos de 2024 cuenta con una amplia programación en el marco de su Olimpiada Cultural, que contempla más de 200 iniciativas en la región de París.  Por ejemplo, en el Museo del Louvre se realizan sesiones de yoga y ejercicio abiertas a los visitantes, con las obras más importantes de su colección como telón de fondo. En tanto, en el Petit Palais, que aloja al Museo de Bellas Artes, se presenta una exposición que gira en torno al tema del movimiento y el atletismo. Además, se está implementando el programa Handesign, que considera residencias para diseñadores en clubes deportivos de personas con discapacidad, buscando favorecer la creación de proyectos inclusivos.

Adicionalmente, la capital francesa está aprovechando su vasto patrimonio cultural como un activo para el desarrollo de los juegos. La ceremonia inaugural por primera vez se llevó a cabo fuera de un estadio, utilizando el río Sena como la ruta para el desfile de los deportistas, quienes en embarcaciones atravesaron distintos atractivos de la ciudad hasta llegar a la Torre Eiffel, donde se prendió la llama olímpica.

Por otra parte, varios edificios y lugares públicos de París están siendo usados como recintos para las competencias, con el objetivo “reinventar la experiencia olímpica e integrar el deporte en el tejido de la ciudad”. Así, el Grand Palais alberga a las disciplinas de la esgrima y taekwondo; en la Plaza de la Concordia se desarrollan deportes urbanos, como el skateboarding, la escalada deportiva y el BMX estilo libre; en la explanada de Los Inválidos se realizan las pruebas del tiro con arco; y en el parque del Campo de Marte se efectúan competencias de judo y lucha.

Pero, sin dudas, el  Palacio Chaillot y la plaza del Trocadero son el centro de estos Juegos Olímpicos y Paraolímpicos. Allí se instaló el Parque de los Campeones, donde el público puede celebrar las medallas de cada jornada y felicitar en vivo y en directo a los deportistas. Se trata de un recinto emblemático de París, lleno de significado histórico. Allí fue exhibido por primera vez el Guernica de Picasso, que posteriormente se convertiría en un símbolo universal contra la violencia.  En 1940 Adolf Hitler se fotografió en este mismo escenario, luego de la invasión nazi de Francia, con Europa sometida a sus pies. Y cuatro años más tarde, en diciembre de 1948, la tercera sesión plenaria de la Asamblea General de la ONU culminaba 82 días de debates en el Palacio Chaillot con la aprobación de la Resolución de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En 2024, estos juegos nos recuerdan que a veces la historia se concentra en un lugar como si fuera un imán, dando una muestra más del poder evocatorio del patrimonio artístico y arquitectónico de la humanidad.

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