Dr. David Ruete Zúñiga, director de la Escuela de Ingeniería, UNAB Sede Viña del Mar.
Nuestro país se destaca como líder en América Latina en el uso y desarrollo de la inteligencia artificial (IA), según el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) 2023, superando a países como Brasil y Uruguay, que ocupan el segundo y tercer lugar respectivamente. Este logro es significativo en un contexto regional donde coexisten niveles muy diversos de desarrollo en IA, y Chile brilla especialmente en áreas como conectividad y alfabetización en IA, donde incluso supera los promedios regionales.
La Política Nacional de Inteligencia Artificial, implementada en Chile a fines de 2022, marcó un hito en el país, estableciendo un marco para impactar en aspectos sociales, económicos y aumentar la productividad y oportunidades futuras. Además, el 70% de las empresas chilenas afirman estar utilizando IA, siendo la banca y los servicios financieros los sectores más avanzados en su integración.
A pesar de estos avances, Chile enfrenta desafíos significativos, incluyendo brechas en capacidad de cómputo y dependencia tecnológica. La producción científica de América Latina en IA representa solo el 2.66% de las publicaciones globales en la década, una cifra que refleja la necesidad de una mayor inversión en infraestructura y capacidad de cómputo. Además, la penetración de habilidades tecnológicas y disruptivas asociadas a la IA en América Latina (2.16%) es menor que en el resto del mundo (3.59%).
En términos de talento, Chile se destaca en la cantidad de especialistas en computación y habilidades tecnológicas en la fuerza laboral, alcanzando los puntajes más altos en términos de capital humano avanzado y publicaciones e investigaciones en IA. Sin embargo, es fundamental abordar la fuga de talentos y fortalecer la formación profesional en IA para mantener esta ventaja competitiva.
En el país, como en muchos otros, la inteligencia artificial (IA) ha comenzado a hacer incursiones significativas en diversos sectores, pero todavía hay áreas en las que su potencial no se ha explorado completamente. En educación básica, media, técnica y universitaria, la IA puede proveer mejoras innovadoras que probablemente cambien radicalmente las estrategias de enseñanza y aprendizaje. Se puede personalizar la experiencia formativa para los estudiantes, ayudando a identificar sus fortalezas y áreas de mejora, asistir en la creación de contenido educativo interactivo, abriendo la puerta para explorar el diseño de itinerarios formativos flexibles, donde cada estudiante puede avanzar según sus capacidades y forma de aprender. En la gestión de recursos naturales y medio ambiente, donde Chile es un país con una rica biodiversidad y recursos naturales, la IA puede ser utilizada para monitorear y gestionar estos recursos de manera más eficiente. Esto incluye la predicción y prevención de desastres naturales, como incendios forestales y terremotos, así como la optimización del uso del agua en la agricultura. En el transporte y logística la IA puede mejorar la eficiencia del transporte público y la logística en las ciudades, ayudando a reducir los tiempos de viaje y la congestión. También puede ser clave en la gestión inteligente de tráfico y en la planificación de infraestructuras urbanas. En las artes y cultura la IA tiene el potencial de transformar el sector cultural, asistiendo en la creación de nuevas formas de arte y ayudando en la preservación y análisis del patrimonio en este ámbito. En el sector energético la IA puede optimizar la distribución y el consumo de energía, así como promover el desarrollo de energías renovables a través de la predicción y gestión eficiente de recursos como el viento y la energía solar. En el sector legal y administración pública la IA podría utilizarse para automatizar y optimizar procesos legales y administrativos, mejorando la eficiencia y la transparencia en entidades gubernamentales y en el sistema judicial. En el turismo y hospitalidad la IA puede mejorar la experiencia de los turistas a través de la personalización de servicios, así como en la gestión y promoción de destinos de viajes. En la industria creativa y diseño, desde la moda hasta el diseño industrial, la IA puede impulsar la innovación y la creación de nuevos productos y servicios.
Cada uno de estos campos ofrece oportunidades únicas para que Chile aproveche la IA para mejorar la eficiencia, fomentar la innovación y abordar desafíos sociales y económicos. Sin embargo, es importante que cualquier desarrollo en estos campos se realice considerando las implicaciones éticas, la privacidad de datos, la inclusión social y regulación existente a nivel nacional como internacional.
A fecha, no existe una ley chilena que regule de forma integral la inteligencia artificial. Sin embargo, existen tres proyectos de ley que están en tramitación en el Congreso Nacional, que buscan regular aspectos específicos de la IA.
El proyecto de ley más reciente es el Boletín N° 15869-19, que regula los sistemas de inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías conexas, en sus distintos ámbitos de aplicación. Este proyecto busca establecer un marco general para la regulación de la IA, incluyendo aspectos como la seguridad, la privacidad, la transparencia y la responsabilidad.
Los otros dos proyectos de ley son el Boletín N° 15935-07, que modifica el Código Penal para sancionar el mal uso de la inteligencia artificial, y el Boletín N° 16.021-07, que modifica el Código Penal, para incorporar, como circunstancia agravante de la responsabilidad, el uso de inteligencia artificial en la comisión de un delito.
Sin embargo, hay progresos en esta materia como la estrategia nacional en inteligencia artificial y regulaciones específicas en el ámbito de los neuroderechos, lo cual es un avance significativo en términos de gobernanza. A nivel regional, la colaboración científica entre países de América Latina es crucial para el desarrollo de la IA, especialmente en temas de regulación, productividad científica y transferencia tecnológica.
Es probable que la regulación de la IA en Chile se concrete en los próximos meses o años, a medida que el Congreso Nacional avance en la tramitación de estos proyectos de ley.
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