Aunque en la mayoría de los casos las picaduras de estos insectos solo causan leves inflamaciones y enrojecimiento en la zona afectada, en la temporada de verano aumentan los casos de personas que presentan cuadros alérgicos severos, los que conllevan dificultades para respirar, hinchazón en la garganta y lengua, náuseas, desmayos y pulso débil, entre otras complicaciones.
La mayor presencia de insectos en el ambiente y el aumento de personas que realizan actividades al aire libre hacen que esta época del año sea el periodo con más consultas por picaduras de abeja o avispa. Si bien la mayoría de estas picaduras no son peligrosas y causan solo inflamación, dolor y enrojecimiento en la zona afectada, hay personas que desarrollan reacciones alérgicas al veneno inyectable que, en los casos más graves, requerirán de tratamientos de urgencia.
Según explicó Jéssica Salinas, inmunóloga de Clínica MEDS, “la alergia al veneno de abejas y avispas es un fenómeno bastante frecuente. Se estima que más del 95% de la población ha sido picado alguna vez por alguno de estos insectos. Las personas que desarrollan alergia al veneno son las menos, sobre todo las alergias más severas. Sin embargo, hay casos que pueden ser muy peligrosos y que se requiere actuar a tiempo”.
Por lo general, la mayoría de las picaduras provocadas por estos insectos generan una reacción inflamatoria que desaparece en 48 horas y que no requiere consulta médica. Hay algunos casos en los que se presentan reacciones moderadas, como enrojecimiento extremo o hinchazón en el lugar de la picadura que se extiende en los días posteriores, pero que tienden a resolverse entre cinco a diez días. Sin embargo, el panorama cambia cuando aparecen reacciones cutáneas como urticaria y picazón, dificultad para respirar, inflamación de la garganta y la lengua, pulso débil, náuseas, desmayos y pérdida de conciencia.
La especialista agregó que “la anafilaxia por veneno de abejas y avispas es bien conocida y bastante atemorizante. Esta es la reacción alérgica más severa que puede presentar una persona, donde aparte de tener ronchas, hincharse los ojos y los labios, puede tener compromisos respiratorios como una crisis obstructiva o crisis asmática, que puede hacer bajar la presión y caer en shock”.
Si bien las picaduras de abejas y avispas pueden provocar reacciones locales y otras sistémicas, la doctora Salinas explicó que ante una sospecha de anafilaxia se debe acudir rápidamente a un servicio de urgencias para evaluar el caso y así lograr un diagnóstico adecuado. “Esta reacción es la más temida y es la que más nos tiene que preocupar para que se trate proactivamente. Vale decir, cualquier persona que ha tenido una reacción alérgica severa debe consultar para tener las medidas de tratamiento en caso de una nueva picadura, ya sea con antialérgicos y, sobre todo, con la adrenalina autoinyectable que debe ser entrenada en su uso”, aseguró.
Como tratamiento de fondo y ya más preventivo ante reacciones severas por picadura, la facultativa de Clínica MEDS explicó que “también existe la inmunoterapia específica. Esto consiste en administrar dosis pequeñas y crecientes de este veneno para que el paciente vaya generando anticuerpos y así evitar nuevas reacciones de este nivel de severidad. Este es un tratamiento a largo plazo, que ha demostrado ser muy efectivo en la reducción de riesgos de reacción severa frente a la picadura de insectos”.
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