· Académico del Instituto de Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) advirtió lo perjudicial del consumo de este opioide sintético.
En Estados Unidos el opioide sintético fentanilo causa estragos. Desde el año 2000 hasta la fecha se han vinculado a más de 73 mil muertes relacionadas a las sobredosis por la llamada “droga zombie” en el país del norte. En Chile, durante esta semana se realizaron dos operativos en el sur en donde se detuvieron a dos personas que portaban fentanilo en dosis líquidas; por lo mismo crece la preocupación entre las autoridades.
El docente del Instituto de Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Javier Bravo, explicó técnicamente qué es el fentanilo. “Es una droga clasificada como opioide, y se usa principalmente para el manejo del dolor, principalmente en el contexto de medicina paliativa en pacientes con cáncer, en cirugías y para inducir anestesia, por nombrar algunos de los usos frecuentes.
“Es un fármaco que es hasta 100 veces más potente que la morfina. Esto significa que se necesita menos cantidad de fentanilo para lograr lo mismo que hace la morfina. Es decir, se necesita muy poco para lograr su efecto analgésico”, afirmó el doctor en Bioquímica de la PUCV y past-president de la Sociedad de Farmacología de Chile (SOFARCHI).
Para Bravo, el principal problema con el fentanilo es la adicción que provoca, la cual puede llegar a terminar con la vida de una persona. “Del punto de vista de los efectos del fentanilo, lo principal es su poder analgésico. Sin embargo, también produce depresión respiratoria, rigidez muscular y dependencia. Esto último es lo que lleva al trastorno de abuso de sustancias, también conocido como adicción”.
El doctor en Bioquímica y docente de la PUCV, agregó que del punto de vista del trastorno de abuso de sustancias, la principal consecuencia es la sobredosis por fentanilo, “la que puede llevar fácilmente a la muerte del individuo”.
El fentanilo sólo se vende bajo receta médica y su uso está restringido a equipos médicos. “Su venta está bastante restringida y vigilada en nuestro país”, finalizó Bravo.
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