Académico de Santo Tomás Viña del Mar aseguró que se necesitan cinco años de abundantes lluvias para poder recuperar la humedad de los suelos.
Según datos de la Dirección Meteorológica de Chile, en la región de Valparaíso han caído a la fecha 440 mm de precipitaciones, bastante lejos del normal anual, que son 523.9 mm. Sin embargo, las abundantes lluvias de junio y agosto han permitido que los embalses Los Aromos y Peñuelas pudieran aumentar en su capacidad. Esto asegurará el abastecimiento de agua potable para el Gran Valparaíso.
Pero a casi dos décadas de una sequía constante, estas abundantes lluvias no habrían resuelto la crisis hídrica. Así lo aseguró Roberto Tapia, jefe de carrera Técnico Agrícola CFT Santo Tomás Viña del Mar. “No cayó mucha nieve y eso podría significar que no tendremos una buena reserva de agua para el próximo verano. Tendremos agua para la población, pero la agricultura seguirá en sequía”.
El académico explicó que se hicieron pruebas en el sector de Olmué para medir la humedad del suelo. “Fueron solo 85 centímetros y tenemos los pozos de las casas que están a cinco o seis metros hacia abajo, eso quiere decir que con estas lluvias no se abasteció la capa freática. Tendría que llover esta misma cantidad durante cinco años para poder recuperar la humedad”.
Las abundantes lluvias podrían traer un gran problema para el verano: la maleza. “Es una vegetación anual, quiere decir que cuando termine su período de floración comenzará a secarse y nadie las va a sacar, será como tener papel listo para el fuego”, explicó.
La próxima temporada estival será un duro desafío para muchos agricultores, ya que se esperan temperaturas récord. Ante esta situación, el profesor Tapia indicó que la clave es la tecnificación del riego. “El agua será un elemento precioso que tendremos que respetar en su uso, porque el 80% del éxito del cultivo depende del agua por eso debemos tecnificar la manera en que manejamos el agua”.
Alza de hortalizas
Otra de las graves consecuencias del último frente, sobre todo en la zona sur, fue la pérdida de miles de hectáreas de cultivos, muchas de ellas recién recuperadas de lo ocurrido en junio pasado.
Esto ha provocado que se proyecte el alza en el precio de algunas hortalizas, especialmente la papa.
“El precio de las hortalizas debería regularse dentro de los próximos meses porque los suelos fueron inundados y se perdió todo, entonces hay que volver a plantar y una lechuga, por ejemplo, se demora tres meses en estar lista. En el caso de la papa, en esta época del año siempre sube de precio, pero ahora fue más notorio. La papa no es un cultivo de invierno. Las últimas cosechas fueron en mayo y la próxima cosecha que llegue será después de Fiestas Patrias y será la que venga de La Serena porque acá no se puede sembrar papas por el tema de las heladas”, indicó Tapia.
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