La iniciativa de instalar toldos blancos en la plaza O’Higgins de Viña del Mar formaliza el comercio en el lugar, sin embargo, debemos poner atención a los efectos que esta acción puede tener en el lugar.
La plaza debe ofrecer una visión amplia y una circulación libre; hoy, los toldos fragmentan el espacio, reducen la continuidad visual y generan zonas de difícil acceso, en un sector donde han ocurrido hechos delictuales a plena luz del día.
Diversos estudios urbanos señalan la importancia del control pasivo y la visibilidad como factores clave de seguridad. Además, esta intervención plantea una privatización de un espacio público sin claridad sobre sus criterios de gestión o permanencia.
El desafío está en diseñar una plaza que acoja el comercio menor, pero que preserve su valor como lugar de encuentro, descanso y convivencia, articulando de manera equilibrada las necesidades ciudadanas, la movilidad y la identidad urbana.
Juan Paulo Alarcón, Director Escuela de Arquitectura UNAB
La restricción de tránsito regirá entre las 0:00 y las 5:00 horas, con desvíos y…
• Con una formación interdisciplinaria y un fuerte compromiso con los territorios, 26 alumnos de…
· El centro busca simplificar trámites, optimizar tiempos de respuesta y acompañar a estudiantes desde…
Con el objetivo de promover relaciones respetuosas y erradicar conductas de violencia en los espacios…
El proyecto, impulsado por la propia comunidad educativa y apoyado por Sodimac Villarrica, permitirá que…
La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) informó la apertura de un proceso de oferta…