Fabián Carvajal, académico coordinador del Centro Médico Veterinario de Pequeños Animales de UDLA Sede Viña del Mar, explica que “las infecciones urinarias en perros y gatos son alteraciones que pueden afectarles de manera recurrente, producidas debido a la llegada de bacterias que pueden ubicarse y afectar distintas partes del tracto urinario, principalmente vejiga y uretra, aunque en casos más graves también los riñones”.
El académico detalla que las causas más comunes “suelen estar relacionadas con infecciones ascendentes que ingresan por la uretra y van avanzando por el tracto urinario hasta en algunos casos llegar a riñón”. Además, precisa que existen factores de predisposición según especie y sexo: “Se ha evidenciado una mayor presencia de infecciones urinarias en perros que en gatos, así como también mayor predisposición en hembras por sobre los machos debido a las diferencias anatómicas presentadas en el tracto urinario inferior”, indicó.
Entre los signos más frecuentes que pueden observar los tutores de mascotas se encuentra un aumento en la frecuencia de micción. “Se podría visualizar un aumento en la frecuencia de veces que la mascota va a su caja de arena en el caso de los gatos o las veces que esta desea salir al patio a orinar en el caso de los perros y, junto con esto, en algunos casos se puede evidenciar a la mascota orinando en lugares a los cuales no acostumbra a hacerlo”, explica Carvajal.
El médico veterinario añade que también “se puede visualizar sangre en orina, cambio en su olor e inclusive dolor al realizarlo, el que puede identificarse con vocalizaciones al momento de la micción”.
Frente a estos signos, recomendó consultar de inmediato en un centro veterinario. “Es de suma importancia que los tutores estén en conocimiento de estos signos ya que es relevante que una vez presenciados, deben asistir al especialista para lograr diagnosticar esta afección, donde será esencial realizar un análisis de orina completo, cultivo bacteriológico y antibiograma con la finalidad de reconocer el agente que esté produciendo esta infección y a qué medicamento es sensible para poder combatirlo”, señala.
En cuanto al tratamiento, Carvajal explica que debe ser indicado por un profesional. “El tratamiento debe ser instaurado por un médico veterinario ya que se debe administrar antibióticos adecuados según el agente causal y su resistencia microbiana, así como también que este medicamento sea capaz de realizar su efecto en vías urinarias”, indica.
Además, señala que “este tratamiento puede ser apoyado por indicaciones complementarias como el instaurar el consumo de agua filtrada y comida especializada que permita el cuidado de las vías urinarias del paciente”.
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