La recta final no se trata solo de acumular horas frente al cuaderno, sino de estudiar con estrategia, cuidando el cuerpo y la mente.
Erik Cortés, psicólogo y coordinador de Orienta UNAB —el servicio de orientación vocacional de la Universidad Andrés Bello— entrega cinco consejos prácticos para mejorar la concentración y enfrentar esta etapa con mayor claridad mental.
1. Establece un ritual de estudio diario
“La concentración no aparece por arte de magia. Se entrena, y una forma efectiva es crear un ritual de estudio”, explica Cortés. El cerebro asocia rutinas con estados mentales, por lo que estudiar cada día en el mismo horario, lugar y con una secuencia estable puede generar una respuesta automática de enfoque.
El psicólogo detalla este ejemplo de rutina:
17:00 a 17:15 → repaso de errores del día anterior
17:15 a 18:15 → práctica PAES (lenguaje o matemáticas)
18:15 a 18:30 → pausa activa
18:30 a 19:15 → análisis de resultados o simulacro corto
“Lo importante es que el cuerpo y la mente sepan que ese momento es para avanzar”, agrega el especialista.
2. Controla los distractores físicos y digitales
Tu atención es limitada. “Cada interrupción —una notificación, un ruido, un pensamiento intrusivo— puede robar minutos valiosos de concentración profunda”, dice el psicólogo y agrega que “estudiar con el celular al lado es como correr con una mochila llena de piedras. Hay que despejar el entorno”, recomienda.
Cortés da algunas estrategias útiles:
Deja el celular fuera de tu campo visual.
Estudia en un espacio ordenado y con buena iluminación.
Usa auriculares con música instrumental suave o ruido blanco si te ayuda a aislarte.
3. Aplica la técnica de bloques de concentración
El cerebro se concentra mejor en intervalos. Una técnica útil es estudiar en bloques de 25-30 minutos, seguidos por 5 minutos de descanso. Este método, conocido como Pomodoro, permite mantener la atención sin agotarse.
“El objetivo no es estudiar 8 horas, sino lograr entre 3 y 4 horas de estudio efectivo al día. Calidad sobre cantidad”, enfatiza Cortés. Durante las pausas, se recomienda moverse, estirarse o respirar profundo, evitando revisar redes sociales.
4. Cuida tu cuerpo: sueño, alimentación y movimiento
La concentración no depende solo de la voluntad, sino también de la biología. Dormir bien, alimentarse de forma equilibrada y moverse a diario son claves para mantener el cerebro oxigenado y el ánimo estable.
“Estudiantes que trasnochan estudiando suelen rendir menos. El sueño consolida lo aprendido”, advierte Cortés. Y entrega estas recomendaciones:
Dormir al menos 7 horas.
Comer liviano antes de estudiar (frutas, frutos secos, agua).
Realizar actividad física breve (10-20 minutos de caminata o estiramientos).
5. Entrena la atención consciente (mindfulness académico)
Antes de comenzar a estudiar, dedica unos minutos a centrarte en el presente. Esta práctica, conocida como mindfulness, ayuda a reducir la ansiedad anticipatoria y mejora la claridad mental.
“Cerrar los ojos, respirar profundo y repetir una frase como ‘Estoy aquí para avanzar paso a paso’ puede marcar la diferencia”, señala el coordinador de Orienta UNAB.
En resumen, la preparación para la PAES no es solo académica, sino también emocional y física. Asimismo, “No mide tu valor como persona. Es una etapa, no un destino. Lo importante es que te prepares con inteligencia y te cuides en el proceso”, concluye Erik Cortés.
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