El cáncer de mama es una enfermedad compleja, pero con detección temprana y tratamiento adecuado, las perspectivas son cada vez más optimistas. En Chile, las tasas de supervivencia han mejorado significativamente. Actualmente, alrededor del 90% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en etapas tempranas sobreviven más allá de cinco años.
La investigación avanza rápidamente hacia nuevas terapias y enfoques preventivos. Importantes anuncios de científicos hemos recibido: La inteligencia artificial (IA) puede ayudar a los médicos a interpretar las mamografías. Se sostiene que el uso de estas herramientas puede permitir diagnosticar el cáncer de mama en etapas iniciales. El Massachusetts Institute of Technology (MIT) es la institución que creó este algoritmo de Inteligencia Artificial. La herramienta, que ya ha sido evaluada con éxito en población norteamericana se está utilizando en diversos proyectos de investigación de distintos países del mundo, despertando el interés de Chile también.
Si bien las causas exactas del cáncer de mama aún no se conocen por completo, varios factores de riesgo han sido identificados. Alrededor del 80% de los casos se diagnostican en mujeres mayores de 50 años. Tener antecedentes familiares de cáncer de mama, especialmente en familiares de primer grado, incrementa el riesgo hasta un 30%. Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 aumentan significativamente el riesgo, con una probabilidad del 55-72% para BRCA1 y del 45% para BRCA2. La menstruación temprana y menopausia tardía pueden influir. Asimismo, el exceso de peso después de la menopausia se relaciona con un mayor riesgo. Se estima que la obesidad puede aumentar el riesgo en un 30-60%. El uso prolongado de terapia hormonal sustitutiva puede aumentar ligeramente el riesgo.
El diagnóstico de cáncer de mama no solo representa un desafío físico, sino también emocional. Muchas mujeres experimentan sentimientos de ansiedad, miedo y depresión al enfrentar esta noticia. Además, los tratamientos como la quimioterapia y la mastectomía pueden generar cambios en la imagen corporal, afectando la autoestima y la percepción de la feminidad. Es importante destacar que el apoyo psicológico es fundamental para ayudar a las mujeres a sobrellevar estas dificultades.
Aunque no existe una forma definitiva de prevenir el cáncer de mama, adoptar un estilo de vida saludable puede ayudar. Consumir frutas, verduras y granos enteros, realizar actividad física regular; hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana; mantenimiento del peso saludable; limitación del consumo de alcohol (no más de una bebida al día); lactancia materna (asociada con una reducción del riesgo).
Juntos podemos marcar la diferencia. Informarse sobre los signos y síntomas del cáncer de mama, realizarse autoexámenes regularmente, acudir a los controles médicos y apoyar a las organizaciones que trabajan en esta causa. Cada acción nuestra cuenta para vencer este padecimiento.
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